Artur Mas, su suicidio político y la independencia

ADRIÀ GALLARDO

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Es posible que haya gente, mucha gente, que piense que Artur Mas es el típico dirigente político que existe por pura casualidad en un país y que mediante su forma de hacer política no hace más que beneficiar a su nación y a sus ciudadanos, a los que se debe. Pero el solamente tiene un único proyecto político, que por ideología suya tiene a todo un país en vilo y en inestabilidad constante. ¿Quién gestiona el día a día de Catalunya mientras Mas intenta proyectar en Europa, sin éxito alguno, una Catalunya que sin todavía haber tenido la oportunidad de pedir adherirse está siendo rechazada por ‘A’, por ‘B’ y hasta por Estados Unidos?

No sabemos quién gobierna Catalunya mientras este lío en el que nos han metido no para de crecer y crecer, no podemos saber quién se encarga de las políticas sociales de la Generalitat mientras cada dos años se van celebrando elecciones anticipadas destinadas únicamente al proyecto independentista, proyecto que tiene muchas cuentas y muchos cuentos que debatir y muchas lagunas que el vetado por TV-3, Josep Borrell, explica con una rotundidad contada a base de datos a prueba de bombas.

Y es su propio proyecto el que está haciendo que Artur Mas esté cavando su propia tumba política, porque hasta él mismo se ha dado cuenta de que ya nunca ganaría unas elecciones y por ello se debe esconder entre una lista que no sabe ni cómo gobernará el país ni cómo atraer al turismo.

Artur Mas pasará a la historia probablemente como el peor presidente que ha tenido la Nación Catalana y es que aparte de haberla dividido, ha desprestigiado la administración en Europa y en el mundo y ha ejecutado los recortes más duros de todo el Estado, incluso peores a los de Rajoy, me atrevería a decir. Porque si repartieran el carné o el título de peor presidente de la Generalitat, posiblemente Artur Mas se llevaría la palma. No por el independentismo, que no acabo de comprender, sino por su desgobierno, por su poca sensibilidad con la sociedad catalana. Y es que cuando expreso que no acabo de comprender el independentismo, porque en teoría el independentismo debería ser como el catalanismo, que es globalizar Cataluña y sus integrantes, buscar un futuro mejor, ‘europizar’ el país para modernizarlo y plasmar las tradiciones catalanas en el mundo, que aunque creamos que ya lo están, no, incluso ahora están siendo rechazadas.

Siempre he creído que los independentistas pensaban que mediante la independencia tendríamos un porvenir mejor en Catalunya, pero no puedo pensarlo así, porque si a mí los Estados Unidos y toda Europa me dicen que ese no es el camino me plantearía de veras que quizás yo estoy equivocado. Y más si veo que el único líder que visita al ‘president’ Mas es de ultraderecha y que cuando este viaja por el mapamundi a promocionarse no lo recibe ni un solo mandatario del país ni un solo mandatario europeo.

Artur Mas ha lapidado su vida política por culpa de la reducción de docentes en Educación, por el cierre de plantas y quirófanos de hospitales, por recortar las políticas de dependencia y por su estafa al no cumplir ninguno de los acuerdos que trató el Parlament en el pleno monográfico de la juventud a propuesta de las Juventudes Socialistas.

Porque después de 5 años de Artur Mas como presidente los catalanes vivimos peor y tenemos menos posibilidades de proyectarnos en el mundo, porque con un presidente así no hacemos más que perder el tiempo y en el contexto en el que está Catalunya y Europa perder el tiempo es perder oportunidades de presente y de futuro.