La clave

Artur Mas, la reina madre

JUANCHO DUMALL

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Artur Mas ha jugado en sus once años al frente de Convergència muchos papeles políticos: jefe de la oposición a los gobiernos tripartitos de izquierdas mientras su partido realizaba una dura travesía del desierto (del 2004 al 2010); defensor, en el 2006, del Estatut tras su pacto en la Moncloa con el presidente Rodríguez Zapateropresident del Govern de la Generalitat en minoría respaldado por el PP (del 2010 al 2012); líder del movimiento soberanista por el derecho a decidir, con el apoyo de ERC, ICV y la CUP (del 2012 al 2014), y arquitecto de la independencia, en la actualidad. Le faltaba el papel de reina madre. Y ese es el que le ha invitado a hacer el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, al ofrecerle seguir en la presidencia de la Generalitat aunque no gane las elecciones.

El de reina madre es un puesto puramente honorífico, con mucho boato, pero sin ningún poder. ¿Qué otra cosa sería Artur Mas en el Palau sin tener una mayoría suficiente en el Parlament? No es extraño que el conseller Ramon Espadaler saliera inmediatamente a desestimar la oferta con el tono ofendido de quien sabe que la propuesta es más que tóxica: casi insolente.

Caramelo envenenado

Y así lo ha interpretado también Miquel Iceta, primer secretario del PSC, que consideró el gesto «una broma propia del día de los Inocentes» y aprovechó para reclamar más seriedad a Mas y Junqueras, enfrascados desde el 9-N en un interminable tira y afloja sobre una hipotética lista única para las elecciones. Mas, como se ha visto, puede ser muchas cosas, pero no es ningún inocente de la política. Por eso no se va a comer ningún caramelo envenenado por brillante que sea el celofán.

Junqueras lo sabe. Entonces, ¿a qué viene el insólito ofrecimiento? Se trata de un episodio más en una escenificación, que ya aburre, para que el culpable de romper la baraja sea el de enfrente. El problema que tienen ambos es que, a base de mirar solo al tendido independentista con su política de florete y tacticismo elevado al cubo, están dejando descubierto el flanco por el que llega Podemos, una fuerza que será decisiva en España y, tal vez, lo llegue a ser en Catalunya.