Artur Mas quiere hacer historia y, además, escribirla

Jordi Pujol, que fue 23 años presidente de la Generalitat, comenta, a veces, que tiene envidia del actual presidente, Artur Mas, porque si consigue la independencia de Catalunya le eclipsará en los manuales de historia. “¿Por qué me recordarán a mí?”, pregunta. Y lleva razón. Algunos destacan en su legado la creación de TV3. Pero este mérito ha perdido lustre con el paso de los años y la aparición de muchas televisiones autonómicas más y la difusión de las nuevas tecnologías. Le restará el consuelo de saber que TV3 se ha esforzado lo suyo en ayudar en este camino independentista.

Hay políticos que confieren una importancia excesiva a la historia. Porque están obsesionados en cómo los tratará personalmente o porque buscan en la historia la justificación de sus planteamientos actuales. Lo estamos viviendo con el intenso debate y las interpretaciones contrapuestas sobre lo que significó la guerra en que se vio inmersa Catalunya a principios del siglo XVIII.

1714 es para algunos historiadores el año donde nace la rebelión catalana que justifica la reivindicación independentista actual y para otros no es más que un episodio colateral de la confrontación entre dos dinastías que querían dominar Europa. La viñeta de “El Roto”, con el lema “Historiador, tu patria te necesita”, resume perfectamente esta interpretación interesada que se hace a menudo de la historia.

Por eso, Artur Mas escribía en un folleto propagandístico reciente que “La encrucijada del 2014 nos ofrece la oportunidad de echar la vista atrás y recordar una historia que a menudo han escrito otros. Pero también nos ofrece la posibilidad, más estimulante, de fijar la mirada en nuestro futuro y contribuir, entre todos, a escribirla. Si la historia la escriben los vencedores, convirtámonos en vencedores”.

Pujol envidia que Mas pase a la historia como el presidente de la Generalitat que llevó Catalunya a la independencia y Mas no sólo quiere ser el protagonista de esta historia sino asegurarse de que la escriban historiadores de confianza.