GEOMETRÍA VARIABLE

Artur Mas y las lecciones del 24-M

JOAN TAPIA

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El 24-M ha sido una sacudida. En España el PP ha bajado 12,5 puntos, hasta el 27%, y el PSOE, que ha obtenido un 25%, se le acerca. Puede haber vuelco, pero el PSOE tampoco ha subido, sino que ha bajado menos (2,7 puntos).

PP y PSOE siguen siendo los dos grandes partidos, pero la alcaldía de Madrid irá a Manuela Carmena, apoyada por Podemos, pese a haber sacado un concejal menos que Esperanza Aguirre. Este dato, más el posible desahucio del PP en los ayuntamientos de Zaragoza (por Podemos), Valencia (por Compromís) y Sevilla (por PSOE) es la prueba de un cambio relevante que necesitará pactos de izquierdas.

En Catalunya, CiU (666.000 votos) sigue siendo el primer partido y el PSC (508.000), el segundo. Pero ambos pierden fuerza respecto a las municipales del 2011. En el total de Catalunya CiU baja 6,62 puntos, hasta el 21,5%, y el PSC, 8, hasta el 17,1%. Pero el dato 'revolucionario' es que Xavier Trias, tras un solo mandato, pierde la alcaldía de Barcelona ante la indignada Ada Colau. Y el PSC se pega una gran castaña y queda relegado a quinta fuerza. Solamente logra la segunda posición catalana por la fortaleza de sus alcaldes metropolitanos y por casos como el de Josep Mayoral (Granollers), que sube hasta el 43% del voto.

Pero CiU y PSC reculan mientras suben todos los partidos de protesta contrarios al «competitivo consenso catalanista» que duró desde el 77 a la sentencia del Estatut: los independentistas desacomplejados de ERC y los alérgicos al soberanismo de Ciutadans (siete puntos más cada uno), los 'revolucionarios' de la CUP (5 puntos) y la alianza ICV-Podemos que se lleva el trofeo de Barcelona con el triunfo (espectacular, pero muy corto y con problemas de gobernabilidad) de Ada Colau.

Vamos tanto en España como en Catalunya a un mapa político más plural, más complejo y con más problemas de gobernabilidad. 'El País' publicó ayer una proyección del resultado de las municipales a las próximas legislativas (ejercicio arriesgado pero interesante) y el Parlamento que salía daba una España ingobernable, muy similar a la de la reciente encuesta de EL PERIÓDICO, con el PP como primer partido pero a distancia sideral de la mayoría absoluta. Advertí de ese riesgo en Geometría Ciudadana del pasado domingo.

PLANTEAMIENTO AVENTURADO

En Catalunya lo principal a corto es ver los efectos del 24-M en el proceso independentista y saber si se mantienen las elecciones anticipadas del 27-S. Es el 'president' el que tiene la facultad (y la responsabilidad) de decidir. Pero hay tres datos relevantes. Primero, como él mismo dijo el viernes, perder Barcelona es grave "para el 'procés'". Segundo, los dos partidos que más han subido en estas elecciones son ERC y Ciutadans. Tercero, el desastre de CiU en el área metropolitana (quinta fuerza en Badalona, séptima en L'Hospitalet, ningún concejal en Cornellà, Santa Coloma o Viladecans) hace muy aventurado plantear unas elecciones plebiscitarias que no generen divisiones. Y lo más probable es que el Parlament resultante fuera ingobernable. Poco capaz.

Los incondicionales dicen que la suma de CiU y ERC consigue el 38% frente al 36% de hace cuatro años, antes de la gran eclosión del 11-S del 2012. Si sumamos la CUP, se salta del 38,3 al 45%. Pero esta suma se consigue solo por el incremento de la CUP y con el descenso de CiU. ¿Sería esa Catalunya el nuevo estado de la UE tipo Holanda del sur con el que fantaseaba no hace mucho Artur Mas? Y asegurar que se pasará del 45 al 51% tiene bastante de acto de fe. Sin olvidar que ese soñado 51% no es tampoco mágico. ¿Y si en las legislativas españolas, dos meses después, sale otra mayoría?