O PP o frente de izquierdas

Cinco nombres y un horizonte político que ocultan a la mirada de millones de votantes de izquierda: o PP o frente de izquierdas. Los procesos del PSOE y de Podemos tienen que sentar, o no, las bases para un futuro pacto que conduzca al cambio de gobierno. Esto es lo que interesa de verdad, pero los cinco nombres que cuentan y pesan no hablan de ello. Tampoco la prensa de Madrid. Como si se hubieran conjurado o aceptaran como dogma de fe la imposibilidad, ahora y en cualquier futuro, de una alianza entre los partidos de izquierdas que enviara al PP a la oposición.

La pregunta que cabría hacer al oportunista Patxi López, a la famélica Susana Díaz, al fantasmagórico Pedro Sánchez, al narcisista Pablo Iglesias y al calculador Íñigo Errejón va del futuro de las relaciones entre PSOE y Podemos. Si se mantienen como hasta ahora, sin perspectivas de programa común de izquierdas, el resto es papel mojado, son nombres mojados, marionetas que no cuestionan los hilos del poder más allá de la pantomima. Esta legislatura ya está encarrilada y durará lo que durará, probablemente cuatro años. ¿Y después? Insistamos, en la próxima, o PP o frente de izquierdas (probablemente con una importante modificación de la estructura territorial del poder).

Se mire como se mire, esta es la cuestión. Es temerario y engañoso pronosticar una recuperación milagrosa y fulminante del PSOE. Si lo hace Susana Díaz es porque, en su fuga hacia delante (o hacia atrás) pretende ocultar la pérdida de la hegemonía, y probablemente del poder, de su partido en Andalucía. En vez de hablado de política, Patxi López se limita a ir de bueno entre el apuñalado Sánchez y la apuñaladora Díaz. Iglesias y Errejón no discuten sobre cuestiones de fondos, sino sobre la primacía de las protestas en la calle o la conveniencia de la institucionalización. Pero coinciden a reafirmarse en lo esencial, la negativa a sumarse al pacto de centro entre PSOE y C's que desembocó en la consolidación de Rajoy y su PP.

De los congresos del PP y C's no hay que esperar otra cosa que la confirmación más o menos teatralizada de las líneas y los líderes actuales. Ahora bien, del PSOE y de Podemos, así como de sus respectivos líderes, se espera, o bien que confirmen las insalvables distancias actuales, o bien que inicien la predisposición a un gran acuerdo. De momento, todos los indicios apuntan al inmovilismo, es decir a perpetuar al PP en el poder. Algunos, confundiendo la sed con el agua, han querido ver en Errejón una punta de esperanza de cara un hipotético gobierno de izquierdas, pero nadie ha pedido al PSOE que se mueva en este sentido y que asuma la cultura de la coalición, que es lo que le conviene y constituye la única posibilidad de alternancia en el poder.

Insistamos otra vez. Los escenarios previsibles de futuro son tres. 1. Gobierno de la derecha, sin el PSOE. 2. Continuidad de la coalición oculta actual. 3. Frente de izquierdas, con reforma territorial. Por vueltas que den no encontrarán otro. Pero, claro está, se trata de esconder el tercero. De hacerlo no tan solo imposible, sino inimaginable.