MIRADOR

Manual de 'pressing'

La presión política es un síntoma claro de baja calidad democrática

Mariano Rajoy, en el Congreso.

Mariano Rajoy, en el Congreso. / periodico

XAVIER BRU DE SALA

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'Pressing' es un término popularizado por el fútbol. Consiste en cubrir de tal manera el terreno de juego que el equipo contrario, a pesar de tener la pelota, se quede sin espacio para jugarla. La finalidad del 'pressing' político no consiste en inmovilizar al contrario, sino en obligarle a actuar según la propia conveniencia. En política, el 'pressing' sustituye al diálogo, la negociación, la transacción, la renuncia a una parte de los objetivos y, finalmente, las concesiones mutuas del pacto. Es, pues, un síntoma claro de baja calidad democrática.

Es evidente que Mariano Rajoy practica el 'pressing' más descarnado y feroz. Tan bien que le ha reportado beneficios. Al final del artículo intentaremos averiguar cómo se le podría volver en contra. Pero antes, y al otro lado de quienes solo ven virtudes en la singularidad política catalana, convendría establecer una genealogía hispánica del 'pressing', que empieza justamente con el 'president' Artur Mas, quien lo aplicó a Oriol Junqueras durante meses, de manera incansable y hay que decir que con maestría. El objetivo era obligar a ERC a disolverse en una candidatura independentista conjunta y evitar así que el 'sorpasso' de los republicanos dejase a CDC en segundo plano y le descabalgara, a él, de la presidencia. Ni que decir tiene que consiguió los dos primeros objetivos, Junts pel Sí y primacía convergente, pero no el último. El 'pressing ERC' funcionó, pero el 'pressing CUP' ha fracasado dos veces de dos.

El temor electoral de CDC ante las dificultades del 26-J desencadenó un segundo episodio de 'pressing CUP' que contribuyó en gran medida al 'no' a los presupuestos. El perjudicado por la vieja CDC fue el 'president' Carles Puigdemont. No parece que ni él ni la futura directiva del nuevo partido sean amigos de proseguir con estas prácticas, sino de volver a un juego no diremos que limpio, porque se trata de política, pero sí más clásico: el de la negociación y el pacto.

¿Es en este sentido Rajoy un buen discípulo de Mas? Depende de Pedro Sánchez y de Albert Rivera. El 'pressing' solo funciona si el contrario se deja intimidar. Pero es muy difícil escaparse a la defensiva. Ya observamos el terrible coste que paga la CUP. En fútbol, la única forma de escabullirse del 'pressing' consiste en jugar al primer toque, mover la pelota muy deprisa. En vez de conceder la abstención gratuita, Ciudadanos debería haber ofrecido un pacto de gobierno al PP basado en el firmado con el PSOE, pero abierto a la negociación. En vez de enfrentarse a Rajoy, y encima sin descartar su posible rendición final, la perspectiva que más enardece al PP, Sánchez debería haber planteado un mínimo de condiciones, a favor de los más perjudicados de la crisis, a cambio de abstención. Si el 'pressing' se basa en personas, la escapatoria de los presionados son los programas.