El fracaso del federalismo 2.0

En Comú Podem ganó las elecciones del 20-D en Catalunya gracias en parte a la promesa de un referendum de independencia en Catalunya. Su propuesta de federalismo ha sido más sólida que la que históricamente ha presentado el PSC. Consiguió tener de su lado el compromiso de Podemos que incluyó en su programa el referéndum de independencia de Catalunya.

Esta opción ilusionó a numerosos votantes federalistas que durante los últimos años se han sentido huérfanos, y también a algunos independentistas que creen que la solución pasa por un referéndum de independencia.

Pero la realidad es muy dura. En Comú Podem tenía en su programa electoral otro objetivo mucho más modesto: tener grupo parlamentario propio y también contaba con el compromiso de Podemos para ello. La Mesa del Congreso, que es la responsable de interpretar su reglamento o de proponer los cambios de este han bloqueado esa opción para En Comú Podem.

Las promesas del federalismo de la nueva política, por mucho que puedan tener el respaldo de uno de los grupos del Congreso español, siguen enfrentándose al mismo muro y con la misma ineficacia que las propuestas de anteriores proyectos federales. Reformar del reglamento del Congreso para conseguir grupos propios es algo infinitamente más fácil que conseguir un referéndum acordado con el estado español.

Además a Podemos solo ha estado dos semanas defendiendo firmemente el referéndum catalán. Pablo Iglesias se ha dado cuenta que si quiere hacer política en España ha de olvidarse de proyectos federales osados, de referéndum y de hacer concesiones a sus socios catalanes.

Nueva política, nuevos partidos, por mucho que en apariencia tengan mensajes más osados, consiguen el mismo resultado que la vieja política. Ni grupo propio, ni mucho menos un referéndum. Este es un nuevo episodio de más de 30 años de intentos de avanzar en un proyecto federal en España. A la práctica, el federalismo 2.0 de Ada Colau o de En Comú Podem es tan ineficaz como el de siempre.