PEQUEÑO OBSERVATORIO

Aquel tiempo de escándalos creativos

No creo que los jóvenes de hoy tengan la palabra 'surrealista' en su vocabulario habitual

'Bodegón con zapato viejo' (1937), de Joan Miró.

'Bodegón con zapato viejo' (1937), de Joan Miró. / LFO

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Me hago una pregunta que difícil de responder: "¿Qué es la modernidad?". La pregunta ha nacido de la relectura de un libro que ya tiene más de 50 años: 'La pluie et le beau temps', de Jacques Prévert.

Es un libro que he encontrado buscando otro entre los que tengo en mis estanterías. Tal vez no lo había leído, pienso, viendo que está  en estado impecable. Y he quedado seducido por el cantante y, sobre todo, por la libertad creativa. Y entre muchas renuncias formales, la de la puntuación y la libertad explosiva de las palabras. En el apartado 'Intemperies': "Pequeños cuchillos de hielo y de sal pequeños tambores de granizo pequeños tambores de plata suave tormenta de nieve maravilloso mal tiempo".

Leyendo esto, alguien puede aplicar a este texto la etiqueta de surrealismo. Ahora quizá ha pasado de moda aquella tendencia a aplicar la definición de surrealista a varias propuestas, caracterizadas por parecer inverosímiles, absurdas y carentes de lógica.  

Pero el surrealismo es, o era, la palabra precisa para calificar un movimiento que fue importante, porque definía una singular creatividad en diversos ámbitos: el literario, el artístico y filosófico, nacido en Francia en 1924. No creo que los jóvenes de hoy tengan la palabra surrealista en su vocabulario habitual.

Pero Prévert sí exploró el mundo onírico: "Yo soy su árbol ella es mi oro grabado". Y así, con el paso del tiempo, se iba acercando a la exploración de campos diversos. Muchos poemas suyos fueron musicados por importantes cantantes franceses.

Contra la coherencia de un discurso canónico, temáticamente ordenado, Prévert practica la mezcla de unos textos en apariencia caóticos pero que, de repente, te arrastran a su total libertad. "El gran horror, el túmulo, las judías verdes, los marineros negros con guantes blancos, la funcionaría que ve la sangre en un arroyo". Prévert habla de la guerra. 

La creatividad literaria y musical no tiene hoy, me parece, esa libertad que escandalizaba.