Pequeño observatorio

Aprender a mirar para poder vivir

La atención a los detalles es importante. Ignorarlos puede suponer un fracaso

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JOSEP MARIA ESPINÀS

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Leo habitualmente las cartas que los lectores envían a este diario. Las hay de todo tipo. Son pequeños escaparates donde se exhibe la diversidad de la vida, de las opiniones, de los sentimientos.

Hace pocos días me atrajo la carta que estaba encabezada por esta frase: «La tardor ja no existeix». Un título sugestivo, una afirmación provocativa. No se puede pedir más para incitar a la lectura. Al menos para incitarme a mí. Cèlia Carbonell hablaba del otoño y de cómo se comentaba en la escuela la aparición de estos momentos del año. «¿Dónde está ahora el otoño? Camisetas de manga corta a finales de octubre, más helados que castañas, alteración en la vida de muchas especies, ríos que bajan con menos caudal si no llueve mucho...».

Cèlia –no la conozco– seguro que es una buena maestra, porque enseña a observar los detalles. La atención a los detalles es importantísima a lo largo de nuestras vidas. Ignorarlos, y peor aún menospreciarlos, puede suponer un fracaso importante. Hay una frase, o sentencia latina, que dice esto: «No estudiamos en la escuela para la escuela sino para la vida».

La importancia de la observación

Cuando yo daba clases de expresión oral –¿cuántos años hace?– tenía mucho interés en subrayar la importancia de la observación. Pedía a los alumnos que describieran un objeto. Comenzaban diciendo, por ejemplo, «esto es una mesa». ¿Y qué más? Alta o baja, de qué material, de qué color, de qué altura...  Aprender a mirar para aprender a precisar.

Descubrí que muy a menudo miramos pero no vemos. Quizá, sobre todo en los ámbitos que nos resultan familiares. Trabajo tendríamos si alguien nos pidiera que le explicásemos cómo es el comedor de nuestra casa, o la puerta de la calle que abrimos cada día, entrando y saliendo.

Un detalle es «una parte pequeña de un todo». Muy bien. Pero no olvidemos lo que dice la sentencia: en el bote pequeño está la buena confitura.