La rueda

Aprender a gobernar

España debe ser el único país en el mundo donde negociar no implica de entrada una acción positiva

ANTÓN LOSADA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El ciclo de las mayorías absolutas llega a su fin hasta nuevo aviso. Parece que se lo llevarán por delante los vientos que traerán las elecciones de todo tipo que se celebrarán durante el 2015. Viene una época de pactos, coaliciones y gobiernos en minoría en un país que lleva lustros demonizando o ridiculizando la cultura del acuerdo y la negociación y donde gobernar en coalición es más feo que pegar a una madre. Aquí no se gobierna, aquí se gana. Si algo acaba siendo eso llamado la nueva política puede que sea aprender a gobernar de otra manera.

España debe resultar el único país del mundo donde negociar no implica de entrada una acción positiva, que pueda acabar significando beneficio mutuo y la creación de valor social. Aquí cuando políticos de partidos diferentes se sientan a negociar todo el mundo se lanza a denunciar cambalaches, apaños, mercadeos, chalaneos, pastiches, pactos secretos o tratos inconfesables.

No le va mejor a las coaliciones. Cuando dos o más partidos acuerdan gobernar juntos jamás se presume un pacto que pueda asegurar la estabilidad y promover un gobierno eficaz. Han hecho trampas, han ganado en los despachos aquello que no supieron ganar en las urnas, no respetan la voluntad popular, solamente les une el deseo de impedir que gobierne otro o se dedican a repartirse el dinero y los cargos públicos como si se tratara de su botín.

Hemos hecho tanto para destruir la dimensión deliberativa y negociadora de la política y el buen gobierno, lo hemos implementado tan bien y con tanta eficacia, que no nos va a quedar otra que apuntarnos a alguna especie de terapia o rehabilitación democrática por la cual ver a políticos y partidos sentados alrededor de una mesa negociando vuelva a parecernos no solamente algo normal, sino incluso algo bueno.