"'Apartheid'", gritó Valls

ENRIC HERNÀNDEZ

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En el estreno de 'The Newsroom', Aaron Sorkin puso en boca del 'anchorman' Will McAvoy (Jeff Daniels) una declaración de intenciones que dejaba demudado al ingenuo y estudiantil auditorio: «La mejor manera de resolver un problema es reconocer su existencia: América [por Estados Unidos] ya no es el mejor país del mundo.» A Manuel Valls se le ha puesto cara de McAvoy.

Valls encarna una izquierda desprovista de gran parte de los complejos de la vieja izquierda. La izquierda que no se duele de enarbolar patrias y abrazar valores. Que promulga leyes, asegura derechos e impone deberes sin que le tiemblen las piernas ante la supremacía del discurso conservador. 'Mais oui': la izquierda que gusta al votante de derechas.

Nadie osará colgarle al primer ministro francés el sambenito de 'buenista' con que a menudo se obsequia a quienes ante problemas complejos buscan explicaciones complejas. Ni siquiera después de que haya reconocido, a raíz del ataque al 'Charlie Hebdo' perpetrado por yihadistas con pasaporte galo, que en Francia se está produciendo "un 'apartheid' territorial, social y étnico". Como hiciera una década atrás desde la oposición, tras la revuelta de las 'banlieues', Valls advierte de que la República ha incubado «tensiones» y «guetos»: "A la miseria social se añaden las discriminaciones cotidianas por no tener el buen apellido, por el color de la piel, o bien por ser mujer."

En un país que aún no ha olvidado el vergonzoso armisticio con la Alemania nazi sellado durante la Segunda Guerra Mundial, ni la lacerante colaboración del régimen de Vichy con el exterminio de judios y gitanos en suelo francés, las palabras de Valls deben escocer. El republicano lema 'Liberté, Égalite, Fraternité', reducido a eslogan de 'souvenir'tan manoseado como las miniatura de la Torre Eiffel.

CARNE DE CAÑÓN DE LA YIHAD

Combatir el terror islamista exige identificar a quienes adoctrinan, dirigen y financian a los asesinos. Pero no basta. También hay que preguntarse, como hacen Valls y Barack Obama, por qué ha fracasado Europa en la integración del mundo musulmán, carne de cañón de la yihad. Reconozcamos el problema para poder resolverlo.