tú y yo somos tres

Apareado el perro, apareado el amo

ferran Monegal

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Mezclando en una batidora los programas 'First dates', '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', 'Casados a primera vista' y 'Malas pulgas', a la cadena Cuatro le ha salido <i>Amores perros</i>, el nuevo '<i>show' </i>que acaba de estrenar. Es entretenido, fundamentalmente por el 'casting'. O sea, de los mil aspirantes con perro que se han presentado, la selección ha sido un éxito total. En la primera entrega han sacado de Cádiz a un forzudo de gimnasio, Cristian, a su madre, y a su perra Canela, y les han mandado a Barcelona a conocer a Patricia y a su perro Stark. El flechazo ha sido inmediato. Mientras Canela y Stark se lamían los genitales con ternura alegre, tórrida y sentimental, sus amos, Cristian y Patricia, se comían la boca con afición bárbara. La madre de Cristian, dama garbancera y sensacional, daba el contrapunto lanzando frases de guion muy salerosas y picantes. «Ahora tenemos dos perros enamorados y dos propietarios enchochados», gritaba un familiar al ver la estampa que conformaban las parejas perruna y humana. Y colorín colorado, el programa acabó en boda canina y apareamiento de los propietarios. La utilización del perro como anzuelo para el ligue entre humanos es una estrategia que da buenos resultados. Los perros son criaturas de extrovertida personalidad. Nunca reprimen sus sentimientos. Les gusta jugar. Y amar. Propician el acercamiento entre propietarios. No sería lo mismo pasear con una rata por la calle. George Clooney, cuando era más joven, tenía un cerdo llamado Max. Todos los días lo sacaba a dar una vuelta, pero no concitaba el interés de ninguna paseante. Desde que anuncia café en cápsulas, liga más.

LA LOTERÍA DE CARMINA .- Qué triste es el anuncio el de la Lotería de Navidad. Ya lo están emitiendo las cadenas. Una abuela llamada Carmina cree que le ha tocado el Gordo. Y no es verdad. Y lo más terrible: todo el vecindario disimulando. Es un retrato que produce amargura en lugar de provocar entusiasmo. Y encima termina de manera inquietante: nadie le dice a Carmina la verdad. El único lugar en el que se han atrevido ha sido en 'Late motiv' (Movistar+). Apareció la gran Terele Pávez disfrazada de Carmina, y Buenafuente le suelta a bocajarro: «¡No le ha tocado la lotería!». Y la abuela, del disgusto, se muere ipso facto. ¡Ah! Con este anuncio les ha salido, sin querer, un buen retrato de este país, tan lleno de ilusiones falsas.