Años luz

Así como determinados dermatólogos ofrecen un servicio de cartografía confeccionando un mapa de pecas del propio cuerpo y siguen su evolución, la NASA gracias al telescopio espacial Kepler nos presentó el catálogo actualizado de los nuevos exoplanetas descubiertos. Dicen que hay unos 1.284 fuera del sistema solar, con altas posibilidades de ser reales, después de una criba de entre más de 4.500 cuerpos hipotéticos.

Los del Kepler además, afinan en la búsqueda y, como si de una inmobiliaria 'premium' se tratase, van descartando el extrarradio y se centran en los exoplanetas de las zonas habitables de los distintos sistemas. A una distancia prudencial de la estrella sobre la que orbitan: ni muy cerca para que no se achicharre la vida, ni muy lejos para que el frío no sea insoportable. Vamos, con posibilidades de que pueda haber agua líquida. Dicen que hay 21 planetas de este tipo, de tamaño similar a la Tierra, en esta zona residencial de los sistemas. Dicen, además, que el más cercano podría estar a unos 11 años luz. Y aseguran haber visto extraños objetos orbitando esos planetas.

¿Existirá pues, vida extraterrestre? Un sí o un no como respuesta serían igualmente inquietantes, como ya dijo el filósofo. La duda es si aparte de extraterrestre, esa vida exterior será inteligente, porque nosotros nos esforzamos por renegar de ella en la Tierra. Negamos el cambio climático en demasiados foros y nuestras políticas comunes resultan del todo insuficientes para paliar los abusos medioambientales. Y es que si andamos buscando planetas habitables, es que la cosa se debe estar acabando... Ahora bien, si ahí fuera hay vida inteligente (y ya nos tienen calados), no creo que nos dejen llegar a un planeta habitable.

AUTODESTRUCCIÓN HUMANA

El catálogo del Kepler incluye sistemas que doblan en edad al nuestro, con planetas como la Tierra que están siendo fagocitados por su sol. Tal vez eso un día nos podría haber pasado a nosotros, pero al paso que vamos, con nuestros armamentos y nuestras sociedades cada vez más corruptas y deshechas; con nuestro corto plazo y codicia; con nuestros mecanismos transformadores obturados, uno tiene la impresión que nosotros solos nos bastamos para irnos al garete antes de tiempo. Aquí ya lo hemos colonizado todo, explotado todo, pervertido todo.

Toda galaxia alberga un agujero negro. La Via Láctea contiene el Sagitario A que desde hace tiempo parece aletargado. Pero cuando no es así, su fuerza gravitatoria es capaz de engullir el tejido del espacio-tiempo que rige el universo y, con su fuerza destructiva y creadora, transformarlo en algo aún desconocido. Tal vez el agujero negro que sí que sigue activo es el que hemos engendrado como sociedad, ya que estamos a años luz de ser los protagonistas de un mundo sostenible e inteligente.