36 años de 20-N

El 20-N es un guarismo con mucha miga. Entre ese día de 1975 y el del 2011 habrán transcurrido 36 años. Treinta y seis años son también los que el generalFrancoadministró España, a los que hay que sumar los tres de la guerra civil desatada después del golpe del 18 de julio de 1936.

No deja de ser curiosa la numerología: 36 años de dictadura, 36 años de democracia y una misma fecha, 20 de noviembre. Bajo la mueca o bajo la ceja, el presidenteZapateroobvió ayer cualquier simbolismo sobre la elección de ese domingo de otoño para que las urnas decidan entreRubalcabayRajoy,que es el cartel con el que se anuncia el combate. A la izquierda, es evidente, el de la izquierda, que responde a la contracción gráfica RbCb; a la derecha, el de la derecha, que podría resumirse conRaj. Ayer, en Twitter ya corría el guiño certero de 20-N, no son elecciones generales, sino generalísimas.

¿Por qué 20-N? La cabalística del pasado arroja diversos sucesos atados a la fecha en que el dictador expiró en una cama de hospital. Los falangistas veneraban ese día porque era en el que murió fusiladoJosé Antonio Primo de Rivera.Los anarquistas lo lamentaban porque era el punto rojinegro del calendario por el desaparecidoBuenaventura Durruti.En 1985, los mercenarios del GAL asesinaron al médico batasunoSantiago Brouarden su consulta. La ultraderecha amiga deYnestrillaseliminó aMuguruzaen el Hotel Alcalá de Madrid otro 20-N. En el de hace 11 años, ETA mató aErnest Lluch.

Mejor el 15-M

Deshojada la margarita de las responsabilidades,Zapateroha fijado día de cambio para que el 1 de enero del 2012 haya un nuevo Gobierno «que gobierne». Se le supone que lo ha decidido por patriotismo económico. No le importan los guarismos ni su significado. ¿11-S? Las torres gemelas (y la Diada de Catalunya, perdón). ¿11-M? Los atentados de Atocha. ¿15-J? Primeras elecciones en España después deFranco.¿10-J? Cuando Catalunya se echó a la calle por el Estatut. ¿7-J? San Fermín. Si se trataba de dar con un símbolo, el inquilino de la Moncloa debiera haber apostado por el 15-M. Lástima, queda demasiado lejos de la realidad.