OPINIÓN

Año nuevo, impuesto nuevo

JESÚS RIVASÉS

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Termina el 2014 con un aumento del PIB superior al esperado. Llega 2015, año de elecciones y de incertidumbres, con la reforma fiscal de Rajoy-Montoro debajo del brazo, como un regalo de los Reyes Magos. Quizá por eso, los efectos del nuevo impuesto, una cierta -pero muy matizada- bajada tributaria, lo empezarán a notar varios millones de españoles al final de enero, cuando los asalariados, que son los que de verdad pagan impuestos, reciban sus primeras nóminas del 2015, que se verán algo engordadas por el efecto de la aplicación de los nuevos porcentajes -tarifa y retenciones- del la reforma que se estrena. No es un cambio radical, es cierto, pero se puede considerar una bajada de impuestos.

La reforma de Montoro, que es política, porque es un compromiso del Partido Popular arrastrado desde la anterior campaña electoral, ha sido alumbrada por los técnicos de Hacienda que capitanea el secretario de Estado, Miguel Ferre. La reforma, en el impuesto sobre la renta, es muy continuista, y algo más novedosa en el impuesto de sociedades. Pero no vuelve del revés, como algunos esperaban, la estructura impositiva española, que ha generado durante años malas percepciones y, sobre todo, muchos falsos mitos.

Pablo Hernández de Cos y David López Rodríguez han publicado, en la colección Documentos Ocasionales, nº 2014 del Banco de España, un estudio, tan breve como documentado, que desmonta la gran mayoría de mitos y creencias establecidas en la sociedad española sobre los impuestos. Publicado antes de la entrada en vigor la reforma Montoro, que no cambiará lo esencial de sus conclusiones, el documento, se titula Estructura impositiva y capacidad recaudatoria en España: Un análisis comparado con la UE, se puede consultar en la web del Banco de España, y no puede dejar indiferente a casi nadie, incluidos políticos de toda condición, desde los miembros del Gobierno a los nuevos y más exaltados populistas que, como empieza a conocerse, también tiene pecadillos fiscales.

Hernández de Cos y López Rodríguez explican que España ingresa menos fiscalmente que otros países porque los impuestos indirectos (IVA sobre todo), especiales y medioambientales son menores que en la media de la UE. También los impuestos sobre el consumo son los más bajos de Europa. Por el contrario, los impuestos españoles sobre el trabajo, incluidas cotizaciones sociales, son algo superiores a los de la UE, y están por encima de la media para todos los tramos de renta. Por último, concluyen que «la recaudación derivada de la imposición sobre el capital es más elevada que en la media de la UE». Quizá sea impopular y muchos no quieran aceptarlo pero es así. Los datos están ahí y desmontan mitos y creencias. Es Navidad, año nuevo, impuestos nuevos, ¿o no? ¡Felices Fiestas!