Ánimo, ¡la revuelta está cerca!

SISCU BAIGES

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Paseando por las distintas aulas de la Universitat de Barcelona, dónde se celebraban los debates incluidos en el programa del Quart Fòrum Social Català se podría concluir que el giro político y social que nuestra sociedad necesita está al alcance.

“Otro mundo es posible. Ya se está construyendo” era el lema de esta nueva edición de un encuentro surgido a partir del modelo del Fórum Social Mundial estrenado en Porto Alegre, en Brasil, en 2001. Los impulsores en Catalunya –individuales y colectivos- de este otro mundo estaban, durante el fin de semana, en la sede central de la universidad barcelonesa. Difícilmente encontraréis el nombre de un líder de primer, segundo o tercer nivel de los combates populares de los últimos años que no estuviera presente.

Los dirigentes de los diferentes partidos políticos catalanes hubieran hecho bien de ir al Fórum. Porque uno de los principales temas a debate en estos momentos es quién y cómo debe llevar a cabo los cambios que cada vez son más evidentes y necesarios.

¿El fin de la austeridad absurda, el control de los bancos y las entidades financieras, la renta garantida ciudadana, la desaparición de la precariedad, los paraísos fiscales, la pobreza, se pueden alcanzar sin el concurso de los actuales partidos políticos que representan el electorado progresista en los parlamentos catalán, español o europeo?

Escuchando las razones de los ponentes de este Fórum, la conclusión sencilla era que la mayoría de ellos tienen razón. La incógnita es cómo trasladar esta razón a las leyes que aprueben los representantes políticos.

Itziar González, promotora del Parlament ciudadano, dijo, en uno de los debates, que se tiene que plantear a los partidos políticos las reivindicaciones que plantea la gente. Votar a los que se comprometan a defenderlos. Y si al final se desdicen, llevarlos a los tribunales por mentirosos.

A estas alturas del debate, ya se sabe qué se tiene que hacer y qué no si se quiere un mundo que no esté dividido entre unos pocos que se lo quedan todo y una gran mayoría que se reparte las migajas.

Quizá los ricos tienen tanta prisa ahora por quedarse con todo el dinero y los bienes de la gente y del planeta, porque saben que, tarde o temprano, los perderán.

La revolución, la revuelta, el cambio avanzan inexorablemente. La fuerza de la razón acabará imponiéndose. Todas las buenas ideas, intenciones e ilusiones expresadas en el Fòrum Social Català de estos días no se pueden enterrar debajo cuatro titulares sobre la mejora de la prima de riesgo, la salida a los mercados financieros de la deuda pública griega o la mejora de las cotizaciones a bolsa de las grandes empresas.