Editorial

Andalucía abre la legislatura de la inestabilidad

Antes o después, y con mayor o menor presencia de la llamada 'nueva política', los partidos andaluces deberán llegar a acuerdos

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Los problemas que se auguraban para la gobernabilidad de la Andalucía surgida de las elecciones del 22 de marzo tuvieron ayer la primera manifestación en la inauguración de la legislatura autonómica. Para la constitución de la mesa del Parlamento no hubo ningún pacto, y cada una de las cinco fuerzas (PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos e IU) votó a sus propios candidatos. Además, una de las secretarías fue adjudicada a IU porque el reglamento de la cámara estipula que todos los grupos deben estar representados en la mesa, lo que perjudicó al PP, que amenaza con recurrir al Tribunal Constitucional. Todo un presagio, en suma, de la inestabilidad que probablemente acompañará a la legislatura, cuando precisamente el motivo aducido por Susana Díaz para adelantar las elecciones fue la necesidad de fortalecer su Ejecutivo dadas las turbulencias del pacto de gobierno que tenía con IU. Si es prácticamente imposible imaginar un nuevo acuerdo estable del PSOE con IU (que sería insuficiente) o con el PP, también parece muy remota, al menos hasta después de las municipales del 24 de mayo, la hipótesis de una entente con Podemos o Ciudadanos, regocijados ayer por las invectivas que se cruzaron socialistas y populares. Pero antes o después, y con mayor o menor presencia de la llamada nueva política, Andalucía precisará acuerdos. Las alternativas son malas: o una difícil travesía en solitario de cuatro años por parte Susana Díaz o, mucho peor aún, una nueva convocatoria de elecciones.