LA CLAVE

ANC, presión en toda la cancha

JUANCHO DUMALL

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La Assemblea Nacional Catalana (ANC) aprobó el sábado en Tarragona una estrategia de presión continua a los partidos políticos con el objetivo de que la consulta soberanista se celebre, como pretende el Govern de la Generalitat, el 9 de noviembre. Se trata de hacer otra gran exhibición de fuerza en la Diada, algo que la ANC ha logrado con incontestable éxito los dos últimos años, y después realizar cada día un acto reivindicativo, de manera que la movilización no dé respiro a quienes desde las instituciones deben conducir el proceso.

Caben pocas dudas de que la ANC será capaz el 11 de septiembre de abarrotar la Diagonal y la Gran Via, las dos grandes avenidas de Barcelona. La Via Catalana del pasado año era mucho más difícil de organizar, mucho más complicada para los participantes, y se saldó con una movilización histórica llena de imágenes espectaculares y con el valor añadido de recorrer una buena porción del territorio. Formar esa gran V, con el vértice en la plaza de las Glòries, parece tarea sencilla tras el enorme reto del año pasado.

Pero cosa distinta será mantener ese espíritu durante dos meses (los que van hasta el 9 de noviembre) sin que el cansancio haga mella en las bases de la ANC. En este sentido, lo que hizo la Assemblea el sábado fue también meterse presión a sí misma.

Hoja de ruta

Pero lo relevante políticamente en la hoja de ruta marcada por la ANC es que la presión de la calle va a ser un factor determinante en el proceso. Las fuerzas políticas comprometidas con el derecho a decidir saben que cualquier transacción con los grandes partidos españoles o con el Gobierno central va a estar sometida al escrutinio de una calle muy movilizada, con decenas de miles de personas a las que nadie podrá meter en casa al grito de ¡se acabó el recreo!

Incluso en el caso de que el president Mas convocara elecciones anticipadas de carácter plebiscitario ante la imposibilidad de organizar un referendo legal, esa campaña iba a estar sometida a una enorme presión de la calle. Bueno será que lo entiendan unos y otros ante el debate de mañana en el Congreso.