tú y yo somos tres

Alonso y la estrategia de Indianápolis

ferran Monegal

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Ha sido oportuno que Cuatro emitiese la aventura de Fernando Alonso con Jesús Calleja el mismo día de las 500 Millas de Indianápolis (#0, Movistar+). Vayamos primero al '<i>Planeta Calleja'</i>. La carrera en bicicleta partiendo de La Utrera (León) ha sido gratificante para Alonso: ha dejado a Calleja chupando rueda por aquellos riscos. Ha debido ser una satisfacción para este brillante piloto ganar finalmente una competición, aunque haya sido a pedalín. Últimamente -y no por culpa suya-, su vehículo McLaren-Honda no para de darle disgustos. Luego, mientras ascendían a pie por la cordillera cantábrica, Alonso advertía: «La actual fórmula 1 no me gusta. Ahorrar gasolina, ahorrar neumáticos, rodar en tiempos casi de GP2, no me gusta. Y si quieren ir a un campeonato con 25 carreras, que es lo que he leído, me retiro». O sea, que este admirable piloto a lo mejor no busca cambio de escudería, a lo mejor lo que está buscando es otro tipo de carrera automovilística. Por ejemplo, las 500 millas 'Indy', en las que acaba de participar. Aunque le ha fallado la máquina otra vez, ha sido una operación, una estrategia, que a muchos observadores no les ha pasado inadvertida. Esta carrera de Indiana es famosísima en EEUU. Rebaña una audiencia televisiva superior a la Super Bowl. Pero su penetración en los hogares europeos es menos multitudinaria. Este domingo, en cambio, con Alonso como gancho, el canal #0 ha pasado de una media del 0,8% de cuota de pantalla -en el mejor de los meses- , a un 2,9% el domingo. O sea, de golpe ha multiplicado por 3.

LAS 500 'INDY' COMO ESPECTÁCULO TELEVISIVO .- Esto de Indianápolis merece análisis. La imagen más vista ha sido el vehículo de Scott Dixon volando por los aires tras su tremendo golpe contra Jay Howard. ¡Ahh! Ha sido espectacular. Ha concitado una audiencia bárbara. Un inciso: los norteamericanos consideran una aberración televisiva, por ejemplo, que un partido de fútbol ('soccer') acabe 0-0. No lo entienden. Los goles son para ellos la emoción, el impulso que excita y que consigue gran éxito televisivo. En automovilismo, los goles son los instantes de peligro. Por eso, en las 500 'Indy' el diseño permite mantener velocidades de 370 kilómetros por hora, y el riesgo se acentúa. No estoy diciendo que la industra televisiva esté deseando que haya un accidente cada minuto. Pero si se producen como el de Scott Dixon, sin desgracias personales, ¡bienvenidos!