Algunos crecerán

El fotógrafo de la agencia France Presse Aris Messinis escribió en un tuit: «Algunos niños crecerán. Otros, no». La muerte sigue anotando nombres de niños en su lista. Pequeños que nunca llegarán a esa Europa donde se les había prometido volver a jugar en paz. Pero muchos otros sí lo han conseguido. Unos siguen varados en las fronteras, otros permanecen hacinados en algún centro de refugiados y algunos, al fin, han conseguido algo parecido a un lugar en el mundo. Sus días se poblarán de palabras de esperanza. Volverán a la escuela. Tendrán libros, horas de patio y amigos para reír. Pero, ¿qué ocurrirá por las noches? ¿Cuánto tardarán esos niños y mayores que protagonizan el éxodo de la vergüenza en librarse de las pesadillas?

Sobrevivir también es duro. El recuerdo de los que se han quedado por el camino se enquista en la mente y encuentra recodos en los que hacerse fuerte. Imposible no pensar en aquel zapato que viste flotando en el mar mientras rezabas por alcanzar la orilla. Imposible olvidar tantos rostros con los que te cruzaste por el camino. ¿Se salvó aquel niño que jugó con mi hijo? ¿Sobrevivió el hombre que compartió su pan? Algunos de los llegados crecerán y envejecerán en nuestras calles. Veremos sus días, pero no sentiremos sus noches y tal vez entre nosotros se levanten muros de incomprensión. No siempre es fácil entender a quienes, al cerrar los ojos, conviven con monstruos del pasado.