IDEAS

Alergia al talento

RAMÓN DE ESPAÑA

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Me encantaría cruzar unas palabritas con el lince de TV-3 que se encarga de adquirir las producciones francesas, ya que, en mi modesta opinión, el pobre no da una: en cuanto detecta el menor atisbo de originalidad, talento o interés en una serie, pasa de ella como de la peste, pues prefiere concentrarse en lo más vulgar, mediocre o directamente aburrido que encuentra. Ya nos lo demostró con Julie Lescaut hace un tiempo, pero este verano se ha superado con Unitat d'investigació, ideal para hacer la siesta en el sofá.

La cosa es grave porque últimamente los franceses nos están pasando la mano por la cara con algunas de sus ficciones. Pensemos en Braquo, la estupenda serie creada por Olivier Marchal, que fue poli antes que cineasta y sabe de lo que habla (como quedó claro en sus largometrajes Asuntos internos, Mr. 73 El clan de los marselleses). Aunque claramente inspirada en la serie norteamericana de Shawn Ryan The shield, Braquo alcanza vida propia rápidamente gracias a las tremebundas andanzas del grupo de asalto que comanda Jean-Hugues Anglade -así como a lo bien rodadas que están las secuencias de acción, en la línea de Heat, de Michael Mann-, pero si alguien quiere verla tendrá que abonarse a Movistar +. Y lo mismo ocurre con Les revenants, evocadora trama fantástica de gran éxito en el Reino Unido. Donde también ha tenido mucho éxito otra serie que nadie emite, Engrenages (la BBC ha entrado en la producción de lo que han rebautizado como Spiral), uno de cuyos episodios, por cierto, fue rodado en la Costa Brava. La policía judicial a la que perteneció el comisario Maigret tiene en Engrenages un acercamiento y una fuerza que brillan por su ausencia en Julie Lescaut y Unitat d´investigació.

Ya estamos acostumbrados a pagar por todo, entre el vídeo y las plataformas audiovisuales, pero estaría bien que La nostra dejara de comprar series como el que compra documentales de bichos para sestear después de comer. Sería también una manera de redimirse mínimamente por el lavado de cerebro al que somete permanentemente a su audiencia, ¿no?