Sonrisas corporativas

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 498. Hoy os quiero contar una historia que me explicó el otro día un amigo mío que empezó a trabajar en la recepción de un gimnasio. Resulta que antes de ponerse tras el mostrador le hicieron un curso de una semana relacionado con la sonrisa que debía mostrar, ya que le contaron que en toda la cadena del gimnasio tenían una sonrisa corporativa que consistía en... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer puesto. 'El caso Fischer'. Una buena película sobre la magia del ajedrez donde despunta el brutal Liev Schreiber con una interpretación soberbia.

Segundo lugar. The original Blues Brothers Band (Festival de Peralada). Me entusiasmó escuchar tocar a la banda que acompañaba a los Blues Brothers y sentir la increíble química que todavía existe entre todos ellos.

Primera posición. Simply Red (Festival de Peralada). Fue el broche de oro a los 30 años de este magnífico festival. Este grupo consigue que todo suene como debe sonar y logró un concierto épico.

Y volviendo a las sonrisas corporativas. A mi me amigo le dio el curso un especialista en sonrisas que le enseñó que la sonrisa que hay que mostrar cuando alguien llega al gimnasio debe ser cálida, afable y llena de felicidad y deseo.

Pero lo curioso era la sonrisa  que debía conseguir  mostrar cuando el cliente dejaba el gimnasio; tenía que ser más olvidadiza, nostálgica y nada efusiva.

Le contaron que el cliente debía sentir que era añorado al llegar, para que jamás se desapuntara. Pero no tanto al marchar, para que no sintiera que debía utilizar cada día las instalaciones.

Lo más curioso es que ese experto americano que les enseñó a sonreír consiguió todo eso que os cuento. El otro día fui a su gimnasio y sentí esa cascada de emociones entre todo el personal del gimnasio cuando te sonreían al verte y al despedirte.

A saber cuantas sonrisas corporativas más existen, y en qué lugares más insospechados. ¡Feliz domingo!