Editorial

Aire fresco en los ayuntamientos

La preocupación por los problemas sociales centró los actos de constitución de los nuevos plenos municipales

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La constitución de los más de 8.000 ayuntamientos españoles confirmó ayer la pérdida del poder territorial del PP y la irrupción de las plataformas ciudadanas apoyadas por los partidos de izquierda emergentes, que se hacen con las alcaldías de cuatro (Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza) de las 10 ciudades más pobladas. Este hecho y la pérdida del PP de los principales ayuntamientos -solo gobernará en una de las 10 grandes ciudades, Málaga- son los aspectos más relevantes del nuevo mapa municipal, por más que el PP y el PSOE conserven aún el gobierno de la mayoría de municipios. En capitales de provincia, el PP tendrá 20 alcaldes; el PSOE, 16, doblando el número de hace cuatro años, y las plataformas, seis.

El aire fresco que penetró ayer en numerosos plenos municipales se reflejó en las formas -nuevos lenguajes, nuevas indumentarias- y también en el fondo de los discursos, con una mayor preocupación por los problemas de los ciudadanos y por las reivindicaciones de los movimientos sociales, grandes protagonistas del cambio. La gran mayoría de los nuevos regidores expresaron asimismo su respeto a quienes no les votaron y a los partidos que, pese a llegar en primer lugar en las elecciones, no han podido hacerse con la alcaldía y han tenido que pasar a la oposición. No está de más poner de relieve este hecho cuando dirigentes del PP siguen descalificando los pactos entre los socialistas y las plataformas ciudadanas, a la vez que continúan acusando al PSOE de entregar el poder a la extrema izquierda. La democracia municipal no consiste, mientras no se cambie la ley, en que gobierne la lista más votada, sino aquella que es capaz de construir una mayoría de gobierno. En vez de denunciar supuestos cordones sanitarios para aislar a la derecha, el PP debería preguntarse por qué no es capaz de pactar con casi nadie, hasta el punto de que solo asegura el gobierno municipal si logra mayoría absoluta.

Los consistorios se constituyen con pactos, y más en situaciones tan fragmentadas como la actual, y los acuerdos se asientan casi siempre en la política local. De ahí que en Catalunya no se haya respetado en muchas ocasiones el pacto soberanista emanado de la hoja de ruta firmada por CiU y ERC. Ambos partidos han pactado con el PSC o con otras formaciones, indistintamente, sin que nadie por ello deba rasgarse las vestiduras.