ANÁLISIS

El agujero negro de Catalunya

Muchos 'posconvergentes' parecen darse cuenta ahora de que el viaje antirreglamentario a Ítaca no era con gastos pagados

Manifestantes en Barcelona en favor del diálogo

Manifestantes en Barcelona en favor del diálogo / periodico

LUIS MAURI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Primeros gestos de distensión. Son señales muy etéreas y equívocas aún, pero en absoluto desdeñables después de estos 33 días que han estremecido Catalunya.

Propagandistas de la independencia exprés piden de repente un alto en el camino. Las dudas ante una DUI asaltan a parte del bloque soberanista cuando el capital emprende la mudanza. La nueva consigna es detener el avance y consolidar posiciones para evitar que la transubstanciación del ‘procés’ en DUI arruine el autogobierno catalán. El mismo autogobierno, sí, que el independentismo repudia.

Señales desde la otra orilla

También llegan señales desde la otra orilla. Tras ensalzar la violenta represión policial del 1-O, el Gobierno pide disculpas por los porrazos. Y la fiscalía, aunque trabaja para ampliar la causa por sedición contra los jefes de los Mossos, Òmnium y la ANC, renuncia a pedir de momento la prisión cautelar de los tres imputados

¿Presagian estas señales el advenimiento de la cordura o son solo un espejismo del deseo?

Muchos 'posconvergentes' parecen darse cuenta ahora de que el viaje antirreglamentario a Ítaca no era con gastos pagados. Durante años se ha repetido que esta aventura iba a salir gratis. Los catalanes teníamos derecho a quebrantar el derecho porque nos lo merecíamos. Porque estamos agraviados y además somos más demócratas, más despiertos, más ilustrados… Más aseados, si nos apuran. Ninguna empresa nos abandonaría, los inversores acudirían en tropel a este moderno potosí, machacaba Mas en la campaña de JxSí. Nada ni nadie podría interponerse entre el pueblo elegido y su destino, mucho menos esos rancios catetos de ahí abajo. El mundo entero, empezando por Europa, celebraría nuestra audacia, este es uno de los ‘hits’ más sobados de Junqueras. Argumentos dignos del delirante ‘Concepte General de la Ciència Catalana’, de Francesc Pujols.

Dos opciones por delante

La realidad está rompiendo el hechizo. Bancos y corporaciones catalanas hacen las maletas y la UE cierra filas con el Estado. ¿Pero, qué esperaban? ¿Qué análisis de prospectiva, qué planes de contingencia habían hecho los cerebros de la causa? ¿O habían llegado a creerse sus mágicas recreaciones del derecho internacional a fuerza de repetirlas?

La realidad está rompiendo el hechizo: bancos y corporaciones catalanas hacen las maletas y la UE cierra filas con el Estado

Tras los leves gestos de deshielo, hay dos opciones. Si Puigdemont activa la DUI como él mismo ha anunciado, el Estado intervendrá de inmediato la autonomía e inhabilitará o detendrá a los líderes secesionistas. Autogobierno desmantelado, fractura social para décadas y riesgo de tentaciones violentas. Catalunya engullida por un agujero negro, invisible para la UE y para el grueso de la comunidad internacional.

La segunda opción, la que se abre paso entre los 'posconvergentes', necesita dos premisas para prosperar. Una, interna, lograr que al menos ERC bendiga el parón. De la CUP sería ilusorio esperarlo, pero Esquerra tiene una presidencia por ganar. Dos, externa, que Rajoy contenga a los halcones que suspiran por aplastar y humillar al nacionalismo catalán y acceda a despejar una salida honrosa a sus adversarios que conduzca a la recuperación del diálogo, a la política.