Agravio comercial

Si a nosotros se nos penaliza por infringir la norma, ¿por qué no se hace lo mismo con la venta ilegal?

Manteros en las Ramblas, este verano.

Manteros en las Ramblas, este verano.

FERMÍN VILLAR

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La Plataforma de Afectados por el Top Manta está integrada por vecinos, empresarios, comerciantes, restauradores y colectivos que precisan necesariamente de una licencia de ocupación de la vía pública para llevar a término sus actividades. Somos trabajadores que cada día dedicamos todos nuestros esfuerzos a subir la persiana y sacar adelante nuestros negocios, contribuyendo así al bienestar colectivo. Y en ninguno de los casos de conflictividad, como en el de los manteros, estamos en contra de las personas.

Entendemos el aspecto social de este problema y que este debe ser atendido por la Administración, que es la que tiene la responsabilidad, como de igual manera la tiene a la hora de preservar los derechos de los comerciantes que legítimamente ostentan el derecho de confiar en la correcta aplicación de la ley. Hay que garantizar los derechos y obligaciones que nos permiten alcanzar la convivencia social y eso implica acabar, entre otras cosas, con la permisividad de la venta de carácter ilegal en las calles, las plazas y los espacios públicos de nuestra ciudad, ya que, aparte de representar un agravio hacia los comerciantes, conducen a menudo a actividades incívicas. La mayoría de personas que se ven abocadas a este tipo de actividad están explotadas y necesitan aportar dinero a quien los controla.

VIOLACIÓN DE DERECHOS

Es intolerable una actividad de estas características en nuestras calles. Una actividad que supone la comercialización de bienes o productos de carácter ilegal, lo que implica asimismo una violación de los derechos de la propiedad intelectual e industrial. Una actividad, tampoco hay que olvidarlo, con un impacto económico negativo muy importante, tanto en cuanto a la desviación de trabajo del comercio de ámbito legal al del campo ilegal –afectación a todas las industrias afines al comercio, proveedores de todo tipo de productos, transportistas...– y su consecuente contribución a la economía sumergida

Pero también por lo que supone en evasión de tasas a que otros colectivos, como comerciantes y vecinos, sí estamos obligados a contribuir, y su vinculación, incluso, a prácticas contra la salud pública totalmente intolerables en cualquier otro ámbito.

PENALIZACIONES

Si los comerciantes legales somos penalizados en cuanto no respetamos los horarios de apertura establecidos o no pagamos los impuestos relacionados con nuestros negocios, si no aseguramos a los trabajadores de nuestra empresa o no pagamos a nuestros autónomos, o bien si ponemos una terraza pública donde no tenemos el permiso pertinente o, simplemente, si no cobramos una bolsa de plástico al cliente, si todo eso pasa... ¿por qué sí está permitido incumplir con todo ello en medio de la calle, ocupando impunemente y privatizando, además, un espacio que es de todos?

En el último año el Ayuntamiento de Barcelona se ha dado cuenta de que la buena voluntad es insuficiente para resolver esta situación y ha añadido ayudas económicas. Pero mientras exista el agravio, seguirá existiendo el problema.