La clave

¿Adiós ERC? ¿Hola PSC?

ALBERT SÁEZ

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Miquel Iceta está en mucha mejor forma que los centrales del Barça. De manera que ha salido al corte tras una semana de nervios en el Gobierno de Mas. El primer secretario del PSC ha exhibido los reflejos, el ingenio y la esgrima dialéctica de sus mejores años como portavoz de aquellos «héroes del silencio». Sin exhibirse como el profeta de las malas noticias -papel que tomó Pere Navarro en el sainete catalán sin que nadie se lo pidiera-, se ha puesto a disposición de Mas por si la resolución del 9-N le deja en minoría parlamentaria. Hace solo 15 días declaró que no haría partidismo con el caso Pujol y, en un ejercicio de realismo, argumentó que ese asunto afectará al prestigio de todo el catalanismo, no solo al soberanismo.

Los movimientos de Iceta hay que leerlos con la música de fondo del artículo que publicaban este jueves cuatro diputados capitaneados por Núria Parlon, la flamante vicesecretaria general. El PSC de Iceta no cambia de línea política pero la recita mejor y, sobre todo, tiene un mayor don de la oportunidad. No se deja llevar por las ensoñaciones de la prensa nacionalista española sin caer en las trampas de su homóloga  catalana. Por eso Iceta no entiende el previsible tropezón del 9-N como el final de nada sino como el principio de todo. Hábil.

El futuro tectónico

La irrupción del PSC en los aledaños del Gobierno catalán se intensificará en las próximas semanas con el voto a favor de la ley de consultas y la reunión con la vicepresidenta Ortega para conocer los preparativos del 9-N. Iceta no irá a decir nada nuevo, pero estará. Al contrario que algunos de sus palmeros intelectuales, le interesa más hablar con la gente de la Via Catalana que recontarla o ridiculizarla.

La oferta del líder socialista arrebata el futuro de las garras de Junqueras para retornarlo a las manos de Mas. Si los republicanos optan por el partidismo y dejan caer al Govern, el president siempre tendrá una segunda oportunidad para llegar al 2016. Porque, como Iceta, Mas necesita tiempo para recuperar votos. Veremos si el movimiento tectónico de fondo les convence de usarlo con ánimo regenerador.