Ventana de socorro

Acero inoxidable

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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Pedía disculpas el locutor de radio por ser tan «centralista» y dedicar tanto tiempo a Esperanza Aguirre, aunque fuera para denostarla, pero se justificaba porque es «un personaje irresistible». Si es irresistible por méritos propios o porque los medios de comunicación le dan cancha, es la gran duda. Candidatos a alcalde hemos tenido en más de 8.000 municipios españoles, pero, para algunos periodistas de derechas o de izquierdas, Esperanza es la más atractiva. Imagino el tostón que debe de ser para los no madrileños soportar tanta información sobre alguien que ni les va ni les viene, lo que no me imagino es a ningún otro ser humano soportando tanta exposición de su persona. No podrían, hundiría el ánimo de cualquiera.

Dicen algunos teóricos que para ejercer la política hace falta soportar cierto nivel de humillación. Es cierto, pero la humillación se puede sobrellevar de dos formas: echando mano de la humildad o de la soberbia. Aguirre resulta fascinante para muchos porque parece estar hecha de acero inoxidable, mantiene una calma chicha y una sorna permanentes y sobre todo, transmite que lo pasa estupendamente atacando o defendiéndose, por indefendible que sea la situación. Es su seguridad y su disfrute lo que atrapa.

Solo la ha hecho tambalearse la publicación de su declaración de la renta, algo muy menor que no tiene nada de particular, bien está pagar impuestos. Ni la trama Gürtel, la Púnica o cualquiera de los casos de corrupción bajo su mandato que dirimen los tribunales, alteró el tono de su voz. Una pequeña intromisión en su intimidad logró lo que ni una moto policial derribada en plena Gran Vía ni un atentado en Bombay: tembló.

Cuando escribo estas líneas no sé si Aguirre logrará lo que se propone: ser alcaldesa de la capital de España y volver a la primera línea de su partido donde nunca ha dejado de ser influyente y donde tiene, sin duda, un objetivo: ocupar algún día la Moncloa. Yo rezo por que no nos gobierne nunca más el acero inoxidable.