La rueda

La aceleración de la hoja de ruta soberanista

El desencadenante de un pacto electoral del independentismo catalán ya está definido

ENRIC MARÍN

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Mientras el ministro Montoro presenta unos Presupuestos voluntaristas pensados en clave electoral y los abogados del Estado rumian si pueden recurrir algo de la nueva versión del 9-N, la política catalana vive momentos de aceleración con la vista puesta en el adelanto inminente de las elecciones al Parlament. Elecciones que inevitablemente estarán convocadas con lógica plebiscitaria. Al anunciar la nueva versión del 9-N, el propio president Mas planteó la jornada como un ejercicio de participación ciudadana previo a la consulta definitiva en forma de adelanto electoral. Todo responde a grandes rasgos a la hoja de ruta definida por el Consell Assessor per a la Transició Nacional. Las previsibles dificultades de encaje entre los movimientos sociales, los partidos y el Govern no pueden ocultar el hecho sustantivo: más temprano que tarde habrá elecciones con lectura plebiscitaria. La actitud defensiva, cerrada e intransigente del Gobierno central ha obligado a quemar etapas y ha acelerado el proceso.

Constatado este hecho, ahora mismo se mantienen vivos dos interrogantes. En primer lugar, si las elecciones se convocarán antes o después del 9-N. Convocarlas o anunciarlas antes reforzaría la apuesta por el 9-N. En segundo lugar, si habrá lista unitaria con programa independentista o diversidad de listas con un compromiso común y preciso sobre la independencia. Lo lógico sería que se impusiera el criterio que garantice mejores resultados. La clave será el acuerdo o desacuerdo sobre cómo se gestiona el escenario abierto por una eventual victoria de la candidatura o candidaturas partidarias del Estado independiente. Aún son interrogantes importantes, ciertamente, pero el movimiento desencadenante ya está definido. Y no parece que el Estado esté en disposición de reaccionar con inteligencia política.