No puede ser

JOAN GUIRADO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nada, nada puede explicar el porque del terrible accidente del avión de Germanwings. Había despegado con retraso, con aquellos minutos de demora que a veces nos desesperan a muchos cuando esperamos un vuelo en el aeropuerto, mientras pensamos que con probabilidad llegaremos tarde a nuestro destino. Y deberemos replantear nuestra agenda para hacer, con menos tiempo, lo mismo que teníamos planeado. Pero nunca acabas pensando en que jamás acabarás llegando.

Los Alpes franceses ayer se interpusieron en el camino de 150 pasajeros y rompieron los planes y los sueños de 150 familias. La tragedia, en la mas amarga de sus caras, se plantó ante trabajadores, estudiantes e incluso bebés que nunca más volverán a sonreír. Como las familias y allegados. Olvidar algo así, es prácticamente imposible. Deberemos aprender a vivir con ello, con un duelo permanente y sobretodo, a soportar el dolor.

Cuando hay una tragedia así, siempre te solidarizas. El nuestro es un pueblo solidario, pero cuando esta te toca de cerca, nada amortigua la incredulidad inicial, ni el dolor posterior ni la rabia de ahora. La brutalidad de lo sucedido y la incertidumbre de saber si podremos despedir a los nuestros como se merecen, el choque es aún más fuerte. Somos más vulnerables que nunca.

Hoy la ciudad de Olot, un pueblo grande en una comarca muy pequeña, llora sin consuelo intentando encontrar alguna explicación. Intentando entender que nunca más veremos a la Mireia, una apasionada viajera de negocios, detrás el Porc y el Xai de l'Aoapix; ni a l'Ari, una ciudadana comprometida con su ciudad, su país y nuestra cultura, cogiendo una sandía en la Norantada de las Festes del Tura o paseando con l'Aitana hasta encerrar los gigantes en la iglesia del Tura; ni a la Anna visitando a sus familiares en un barrio popular de la ciudad.

Las próximas semanas no serán fáciles. El Metamizol y el Tramadol que en estos momentos ayuda a estar mínimamente calmados, dejaran de hacer efecto cuando veamos que no no están aquí. Que no era un mal sueño y que no han vuelto. Y esos días deben ser días para vivir con extrema intimidad. Con un respeto máximo violado con la publicación de fotografías publicadas en las redes sociales, con la persecución de cámaras buscando llantos o las ansias de muchos ciudadanos queriendo conocer una lista de viajeros, que no interesa a nadie mas que a las autoridades para informar a las familias con celeridad como se hizo y poder investigar los hechos.

Desde el dolor, agradecimiento total a todos aquellos que se suman a este duelo. Pero con la misma fuerza, respeto dejando de especular. Cuando se puedan saber las causas, las sabremos. Y cuando tengamos la oportunidad de poder rendir homenaje a nuestros seres queridos, lo haremos.