Agosto con bebé
¡Aburrámonos juntos!
La errática forma de aburrirse de un bebé tiene mucho que ver con el tedio en el 2017 de los mil clics y pantallas
Estoy en una terraza debatiendo con el nuevo inquilino de mi casa en un idioma consonántico parecido al que hablaría el enano de 'Twin Peaks' en Narnia. La conversación ("¿Brabrubík?", "¡Grijapow!") parece ir por buenos derroteros: suena como la alineación de Croacia, pero, entre nosotros, estamos alcanzando la profundidad de las entrevistas literarias de Joaquín Soler Serrano. Entonces, un momento: ¿es eso un globo con forma de piña?
La atención de mi interlocutor de dos meses y medio de edad no se ha ido desinflando paulatinamente sino que, pum, se ha pinchado. Luego es probable que adopte su displicente gesto 'Kraftwerk' (barbilla levantada y mirada al infinito como la del grupo en la portada de 'The Man Machine') para acabar llorando. Yo ya sé que no son cólicos (un mito como el éter) ni que su pañal presente ahora el aspecto del césped del Celtic de Glasgow en día de lluvia. Lo que le sucede es que se aburre.
Hay vidas que son como esas películas de Hollywood con mil explosiones, pero en las que al final no pasa nada
La errática forma de aburrirse de un bebé, sometido a estímulos no jerarquizados (vale lo mismo mi esforzada interpretación de 'O Leaocinho' de Caetano Veloso que un letrero luminoso de Vodafone), tiene mucho que ver con el tedio en el 2017 de los mil clics y pantallas. Era este un tema que creía superado tras las reflexiones de David Foster Wallace, por la crisis y por esta actualidad trepidante, pero ha regresado en lo que en Estados Unidos ya se etiqueta como Boredom boom. Una explosión de ensayos sobre el tema, de Yawn: 'Adventures in Boredom', de Mary Mann, a 'How to be bored', de Eva Hoffman, entre otros.
¡Choca esos cinco!
Entonces le digo a mi pequeño que hay vidas que son como esas películas de Hollywood con mil explosiones pero en las que al final no pasa nada. Y exclamo: "¡Aburrámonos juntos!". Se lo digo como Luis XIII al señor de Tréville en 'Los tres mosqueteros', que "a menudo tomaba a uno de sus cortesanos, lo atraía a una ventana y le decía: señor tal, aburrámonos juntos". Además, le susurro, puede ser que se te esté haciendo largo este agosto en la ciudad, pero acabo de leer que han encontrado un alto porcentaje de materia fecal en los mojitos que sirven en las playas: ¡choca esos cinco! Entonces me sonríe (ha visto una ambulancia).
- Barcelona, “decepcionada” y “preocupada” por que la Generalitat anuncie una desalinizadora flotante en el puerto sin avisarle
- El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- Los bomberos buscan a un menor que se ha lanzado para bañarse en una poza en Sant Fruitós de Bages
- Conflicto en Oriente Próximo, en directo: última hora del ataque de Israel a Irán
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- Importante incendio en un punto limpio de Montcada i Reixac: Bombers trabajan para contener las llamas