La abogacía y la mediación

La vía extrajudicial de la mediación, que pone a las partes en primer plano, es una herramienta privilegiada para resolver un conflicto concreto

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MERCÈ CLARAMUNT BIELSA

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Las relaciones entre las personas sean físicas o jurídicas a menudo pueden generar conflictos, estos pueden tener consecuencias legales y por tanto habitualmente se requiere del asesoramiento jurídico de un abogado para abordarlo.

Será la persona abogada quien establecerá la estrategia a seguir, el camino por el que tratará de dar solución al conflicto planteado. Entre estos caminos, una vía, en este caso, extrajudicial de resolución del conflicto es la mediación.

La ciudadanía aún no conoce suficientemente esta herramienta de resolución de conflictos que pone a las partes en primer plano, en primer término y en el papel de actores de constructores de su solución. Puede ser lleguen a acuerdos parciales o en el mejor de los casos estos serán sobre la totalidad de temas en litigio. En cualquier caso la solución será aquella que las partes hayan fraguado.

LOS PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN

Como consecuencia del desconocimiento generalizado de qué es la mediación, a menudo las partes se topan con interrogantes a la hora de iniciar un proceso de mediación. Está presidido por principios como la neutralidad de la persona mediadora, la imparcialidad de la persona mediadora, la confidencialidad de todo el proceso y la voluntariedad de iniciarla, continuarla o terminarla en cualquier momento.

Las partes deben asistir personalmente a las sesiones de mediación, pero es aconsejable que estén asesoradas jurídicamente durante todo el proceso y que los acuerdos que alcancen puedan ser consultados por los profesionales de la abogacía. Durante el procedimiento de mediación, el asesoramiento del profesional de la abogacía es muy importante. La persona mediadora no representa ni asesora legalmente a las partes. Y, aunque las partes que acuden a la mediación son los protagonistas principales, el letrado/a de su confianza velará para que los acuerdos sean correctos para su cliente, vigilando que no se vulneren, en ningún momento, sus derechos e intereses .

LA LABOR ASESORA DEL ABOGADO

Después del procedimiento de mediación, si las partes han alcanzado un acuerdo, serán los letrados los que le den forma jurídica y lo presenten, en su caso, ante el juez o lo protocolicen notarialmente. Si las partes no logran un entendimiento, será el abogado quien lo asesore a su cliente sobre los pasos a seguir en la vía jurisdiccional.

La persona mediadora facilita el diálogo entre las partes en un proceso flexible que se adapta a sus características y las del propio conflicto. Es una oportunidad que evita el enfrentamiento y promueve la comunicación entre las partes.

Cada vez más la abogacía apuesta por la mediación como herramienta que coadyuva a la defensa de los intereses que se le han encomendado. El acceso al derecho ya no se entiende como el acceso a los tribunales sino los medios más adecuados para resolver un conflicto concreto entre las partes y en este orden de cosas la mediación es una herramienta privilegiada.