La clave

¿A quién vota Lisbeth Salander?

Los 'best-sellers' se llenan de 'hackers' e investigadores en la red

JUANCHO DUMALL

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Lo que no te mata te hace más fuerte, la cuarta entrega de la serie Millennium, se ha situado ya como el libro más vendido en las últimas semanas, pese a que se trata de una novela escrita por encargo en la búsqueda de prolongar el éxito mundial de ventas de la trilogía del fallecido Stieg Larsson. El autor seleccionado por los herederos del reportero sueco, el también periodista David Lagercrantz, hace un trabajo literario correcto en este Millennium 4. Su acierto es tomar como base uno de los personajes más fascinantes de la actual narrativa popular: la hacker, una heroína peculiar cuyo atractivo no reside en el físico ni en una inteligencia convencional. A un espíritu justiciero y vengador que le empuja a la violencia contra maltratadores, traficates de mujeres, neonazis y explotadores, se une la extraordinaria capacidad investigadora en el mundo digital. Esa es la gran novedad del personaje, que inaugura toda una corriente de best-sellers.

Tanto Soy Pilgrim, de Terry Hayes, como La chica del tren, de Paula Hawking, los dos superventas del verano, tienen en su trama algún episodio de rastreo en la red. Mensajes encriptados, jóvenes intrusos informáticos, teléfonos móviles pirateados forman parte hoy del universo de las novelas de acción como en los años gloriosos de John le Carré eran los seguimientos de espías por las calles o los micrófonos ocultos en sórdidas habitaciones de hotel.

El delito en nuestro tiempo está en internet o, al menos, es allí donde se puede combatir. Eso, unido al mundo de las grandes filtraciones de secretos de Estado (WikiLeaks, Edward Snowden) hace que el mundo de ficción de Salander resulte mucho más verosímil y actual que los tradicionales relatos de detectives en los que la la capacidad de obervación, la intuición y la sagacidad son los valores esenciales.

Anarquista

Los nuevos best-sellers nos recuerdan que vivimos bajo un ojo que todo lo ve y que puede ser usado por individuos indeseables para pervertir la democracia. Frente a ellos se alza Salander, una anarquista que no vota, pero que sabe muy bien quién es el enemigo a batir en las sociedades avanzadas.