La clave

Democracia y apertura

ALBERT SÁEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los motivos por los que hemos llegado a este punto de no retorno es que el asunto catalán se analiza más en función de lo que pasó en 1714 o en 1936 que de lo que está pasando en Europa en el 2014. Desde esta perspectiva, el asunto pierde una parte sustancial de la épica que busca Mas y del tremendismo con el que responde Rajoy. Resulta sumamente recomendable para entender los retos de la democracia en el Occidente actual, un libro editado en castellano por Manuel CruzEl horizonte democrático de Alessandro Ferrara. Es un libro denso que pretende actualizar el pensamiento de John Rawls. Es una pena que Ferrara no haya entrado en la nómina de conferenciantes de Federalistes d'Esquerres en su pugna contra Mas.

Entre otras muchas cosas, Ferrara nos advierte de algo que podemos ver con claridad estos días aparentemente dramáticos: «la democracia no puede florecer ni durar en el tiempo a menos de que se estabilice una cultura democrática y se reproduzca a sí misma». Una cultura -dice Ferrara- que debe inspirar, más allá de las formas jurídicas, el cultivo del «espíritu democrático», entendido como suma de la pasión por el bien común, por la igualdad y por la individualidad.

El espíritu de las leyes

Es en este contexto en el que el filósofo italiano defiende añadir, en este siglo XXI, una cuarta dimensión al espíritu de la democracia: «la pasión por la apertura» entendida co mo «una cultura que orienta la opinión pública en el sentido de favorecer soluciones no convencionales con mucha mayor frecuencia de lo que pueda hacerlo cualquier cultura política no democrática».

«Soluciones no convencionales» es lo reclama a Mas esa sociedad catalana cansada del autonomismo inmovilista y falta de pasión por un federalismo etéreo. «Soluciones no convencionales» es lo que necesita encontrar Rajoy ante quienes le requieren aferrarse a las formas de la democracia evitando el espíritu. El proceso catalán, Podemos, Guanyem Barcelona se pueden mirar con ojos del siglo XX, pero a la luz del XXI reclaman pasión por la apertura, pero sin olvidar el bien común, la igualdad y la individualidad.