AL CONTRATAQUE

9-N: Otro éxito del PP

Si hay que volver a empezar, la revolución de las sonrisas puede convertirse en un hazmerreír de revolución

JORDI ÉVOLE

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Ayer por la tarde. Que yo sepa, Alicia Sánchez-Camacho aún no ha ido a votar. Me sorprende. Le doy vueltas, y tan solo encuentro una razón: todavía no ha votado por culpa del hombre del tiempo de TV-3. Miro en internet si ella o alguien del PP ha acusado a Tomàs Molina de manipular la previsión meteorológica para que a Alicia se le pasaran esas enormes ganas de participar. Los diarios digitales no dicen nada. Raro, ¿no? Con la campaña que ha hecho el PP para animar a los catalanes a votar... Ha sido un éxito. Al menos, eso es lo que estoy oyendo en la radio: la gente no para de introducir papeletas en las urnas. Pues vaya papelón que está haciendo Alicia: motiva a los catalanes para que acudan a las urnas, y ella sin aparecer. Igual está de cháchara en La Camarga, recopilando información en contra de alguien para motivar a los catalanes a hacerse independentistas. Envío un e-mail a un amigo, y le pido que se pase por La Camarga: «Mira a ver si está la Alicia. Y, si está muy liada, dile: 'Votaré por ti'. Y dale las gracias por todo lo que ha hecho».

No entiendo cómo el PP saca tan pocos diputados en las encuestas sobre unas elecciones en Catalunya cuando es un partido con vocación de gobierno. Y de ahí que tenga la oreja tan pegada a la calle y sea tan sensible a lo que opinan los catalanes. Una prueba es que no ha puesto ni una sola traba para que estemos votando tan tranquilos. Lo acabo de oír en la tele: la jornada transcurre con normalidad. ¿Quién dijo miedo? ¿Pero es que alguien ha tenido miedo? Claro que no. No había motivo. Por ejemplo, el ministro del Interior no ha amenazado con ninguna intervención policial. Habría hecho el ridículo. Solo ha dicho que la policía "haría cumplir la ley". ¿Y qué dice la ley? Pues algo así: "Como mucho, Jaume Matas estará en prisión tres meses, esté o no reinsertado. Que por algo España no es un estado de derecho, sino del revés".

Privatizar la consulta

Pero el ministro ha declarado más cosas: "La Generalitat no podrá organizar una consulta, aunque otra cosa será si alguna entidad privada lo hace". O sea, que lo de menos era votar; querían privatizar. Lógico, es el PP. Miro el móvil. Tengo este mensaje: "Su canción favorita es 'Volare', ha dicho la novia de Monago". Más vale reír. Si bien es para llorar que los que mandan se preocupen más por intimidar a los demócratas que a los corruptos. Bueno, va, sigamos poniendo buena cara, no en vano Catalunya está protagonizando "la revolución de las sonrisas", le he oído decir a la presidenta de Òmnium, Muriel Casals. Vale, de acuerdo, ¿pero qué pasa a partir de hoy?, se pregunta más de uno. Hemos pasado de la consulta alternativa a consultar qué alternativa queda ahora. Porque si todo lo que se ha hecho no sirve y hay que volver a empezar, la revolución de las sonrisas puede convertirse en un hazmerreír de revolución.