Una campaña para los ciudadanos

En tiempos de bonanza económica e ingenuidad democrática, las campañas electorales eran promesas subastadas al mejor postor. La crisis y la experiencia nos desvelaron el doble engaño: los postores solo éramos ricos en deudas, y encima nos dejábamos engatusar por impostores con compromisos fatuos. Las mentiras, cuando son consentidas, hasta parecen verdades. Pero tarde o temprano la cruda realidad nos desnuda. Fin de la inocencia.

A la vista del respetable la herrumbrosa tramoya de la política, comienza la función del 20-D con un elenco variopinto: viejas estrellas de la escena, galanes primerizos y jóvenes promesas ávidas de protagonismo. Prometedora representación si no fuera porque el público ya no es tan pródigo en el aplauso. No basta con tener tablas, o declamar con voz de barítono, o derrochar desparpajo. El auditorio exige soluciones realistas para sus problemas reales.

Sin recetas mágicas

A nada compromete cocinar mejillones 'chez Bertín'Bertín, subirse en globo, o tocar la guitarra ante las cámaras. Solo al decoro; puro espectáculo. Lo que compromete al político es romper el guion de la corrección política. Dar la cara ante las víctimas de sus recortes. Escuchar las razones de quienes jamás le votarían. Reconocer que no hay varitas mágicas. Asumir con humildad que su antecesor no hizo más porque no podía. Porque no se puede.

Poco interesado en las habilidades culinarias o musicales de los políticos, EL PERIÓDICO se ha propuesto poner su granito de arena para que sea esta una campaña 'para' los ciudadanos, y no 'de' los políticos. Por esa razón el próximo miércoles, en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), nuestros lectores serán los verdaderos protagonistas del debate que celebrarán aquellos candidatos catalanes del 20-D que con valentía han aceptado el reto de mirar a los ojos a los catalanes y someterse a su examen. Y por eso, también, nuestro equipo de Entre Todos reflejará a diario, tanto en la web como en la edición impresa, las inquietudes y demandas que la comunidad de EL PERIÓDICO echa de menos en la agenda de campaña. Problemas reales que reclaman soluciones realistas.