Huir del fuego, caer en las brasas

El PSC ha ayudado al PSOE a huir del fuego, con la votación sobre el fondo de competitividad en el Congreso, pero ha caído de nuevo en las brasas. Los socialistas han salvado la trampa de CiU, con el apoyo hipócrita del PP, pero el PSC ha pagado el pato.Masquiere focalizarlo todo en el dinero: el que tenemos o no tenemos, el que nos deben y nos regatean, el que se gastó el Govern del tripartito, etcétera. Necesita, además, tapar la herida que los recortes han provocado en amplios sectores de la sociedad catalana. La gente empieza a estar cansada de tanto tijeretazo. La manifestación del sábado es la prueba de su amplitud.Hereulo está aprovechando con razón y aTriasno le toca la camisa al cuerpo.

Por eso CiU ha vuelto al planteamiento clásico: patriotismo de los unos, sucursalismo de los otros. Por mucho que, como decíaAzaña,ningún problema político tenga escrita la solución en el código del patriotismo. Esta es la paradoja: la política española se transforma, demasiado a menudo, en un brasero en el que el PSC se asa cuando Catalunya es la afectada. Lo vimos hace 10 meses con la propuesta de CiU de votar el contenido literal de la resolución propuesta por el presidenteMontillaen el Parlament unos días antes.

Es un juego perverso que hace muchos años que dura. Así fue en el declive deFelipe Gonzálezy así es en el deZapatero. Pasqual Maragallse hartó de decir que, mientras los dos grandes partidos españoles consideren a CiU el único interlocutor interesante en Catalunya, los socialistas catalanes se irán consumiendo en las brasas. Se desesperaba porque los dirigentes socialistas españoles no querían entenderlo. Quizá se equivocaba: los primeros que tienen que entender que, evitando incendios en Madrid continuamente, encienden el brasero que los consume en Catalunya son los dirigentes del PSC.Hereuhace bien en desmarcarse y buscar su propio camino para superar la paradoja.