La rueda

La derecha está arrinconando a los socialistas

CARLOS ELORDI

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La agenda político-mediática que desde Madrid se impone al resto de España -no a Catalunya, que tiene la suya propia- está dominada de nuevo por los escándalos. Pero en esta ocasión la dinámica no es la deltú másque ha marcado casi todos los capítulos precedentes. Ahora son el partido deMariano Rajoyy los medios que siguen sus consignas los que dirigen y orquestan toda la sinfonía. Los socialistas se limitan a padecer. Tal vez porque bastante tienen con la economía y con tratar de evitar un desastre en las próximas autonómicas y municipales, aunque seguramente también porque han perdido mucha de la fuerza mediática que antes tenían.

La limitada capacidad de presión del PSOE, y la inexistencia de cauces para que se exprese la eventual opinión popular al respecto, permiten al PP lidiar sin mayores obstáculos el toro del nombramiento del candidato a la Generalitat valenciana. A pesar de estar imputado por la cuestión de los trajes y aunque casi todo el mundo está convencido de que estuvo implicado en la trama Gürtel,Campsha logrado imponerse a la dirección central del partido y parece que será el nominado. Las falsedades y las réplicas igualmente falaces que se han dicho últimamente sobre el particular han quedado subsumidas por ese hecho.

Aparentemente resuelta así esa cuestión, la derecha dedica ahora sus fuerzas a dos frentes que pueden hacer mucho daño a los socialistas. A estas alturas del asunto, parece ya muy difícil queAlfredo Pérez Rubalcaba pueda salir indemne delcaso Faisáno, como dicen los corifeos del PP, del «chivatazo a ETA». Es más, sus rivales han logrado dramatizar tanto el episodio -que hasta podía ser políticamente justificable en el momento en que se produjo- que la hipotética candidatura deRubalcabaa la presidencia del Gobierno podría ya haber quedado archivada.

En el otro escándalo, el de los ERE falseados en Andalucía, el PSOE lo tiene aún peor. Porque se hicieron muchas trampas, y hasta los dirigentes socialistas lo han reconocido. Y porque el PP no va a soltar la presa, sabiendo que con ella puede ganar el Gobierno andaluz.