Los sindicatos salen malparados

Hay un aspecto del pacto sobre la reforma de las pensiones que no ha quedado claro: nadie, y menos sus responsables, ha explicado por qué en menos de un mes los sindicatos han pasado de oponerse frontalmente a aceptar la elevación de la edad de jubilación a los 67 años. Los analistas y observadores barajan distintas hipótesis para entender ese cambio sustancial de postura, pero los dirigentes sindicales no han abierto la boca al respecto.

Se dice que el giro de 180 grados en la negociación se produjo hace una semana, cuando, tras escuchar las opiniones tajantes que le expresaron al respecto los responsables federales de su sindicato, el líder de CC OO,Ignacio Fernández Toxoconcluyó que una huelga general contra los 67 años iba a ser un fracaso. Puede queCándido Méndez hubiera llegado a esa misma conclusión algún tiempo antes. De ahí, tal vez, la postura menos ardorosa contra la medida que el líder de UGT mostró desde que se supo que el Gobierno iba a legislar con o sin acuerdo.

Si esta versión responde a la verdad de los hechos,Toxo se habría equivocado gravemente cuando blandió una amenaza que no podía cumplir. Y su silencio habría de entenderse como un intento de ocultar ese error. Pero no explicar lo que ha ocurrido no va a cambiar la realidad de las cosas. Los sindicatos han decepcionado a mucha de la gente que simpatiza con ellos, se han alejado aún más de los trabajadores, sobre todo jóvenes, para los que hace mucho que no son una referencia y ninguna de las contrapartidas que han obtenido en la negociación va a borrar esos sentimientos.

El único argumento mínimamente sólido contra la reforma de las pensiones es que podría haberse hecho más adelante, cuando la economía empezara a recuperarse y se creara empleo. Pero de poco valen ya en esas disquisiciones. Lo cierto es que si la reforma no va a mejorar la popularidad del Gobierno, va a empeorar bastante más la de los sindicatos. Porque, esto no se le puede negar,Zapateroha ido de frente, mientras que estos han caminado a tumbos, de un lado para otro. Y puede que terminen pagándolo.