La rueda

Hablar español es importante

ROSA CULLELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Me sentaba en el mirador del salón y leía. Era el único lugar caldeado de la casa de mis abuelos, donde la calefacción de carbón solo funcionaba en las fiestas de guardar. Gracias al frío, descubrí que en la vitrina, detrás de una cortina desteñida, se escondía la colección entera deEl Patufet; con sus viejos números empecé a leer en catalán, una lengua que en el colegio no se enseñaba. El castellano fue mi idioma escolar; el francés lo aprendí por complacer a mi abuela y el inglés llegó por exigencia laboral.

A partir de tres idiomas, los siguientes son fáciles, dicen los expertos. «Pero no se puede abandonar el propio. Un país que no defiende su lengua está condenado a su disolución», advertíaJoan Solà, el insigne filólogo. Hace años, comiendo en Quo Vadis, le manifesté mi temor ante los escasos conocimientos de idiomas de nuestros estudiantes, inmersos en el catalán como yo lo estuve en el castellano: «¿Por qué no pueden aprender varias lenguas a la vez?». «Pueden», me contestó, «siempre que seamos capaces de enseñarlas todas bien».Solàhablaba varias lenguas y comprendía muchas más. Por eso era tan amigo deJosé Manuel Blecua, director de la Real Academia Española. Compartían el amor por la gramática.

Los lingüistas saben que la potencia de los idiomas depende de aspectos ajenos a la cultura, como las migraciones y la economía. El francés pierde hablantes, mientras el inglés, el chino y el español crecen. El debate lingüístico está vigente en EEUU, donde el 16% de su población ya es hispana.Nicholas Kristof, ganador de dos premios Pulitzer, hizo su primer artículo del año en elNew York Timesapostando por el castellano: «Animad a vuestros hijos a que se adentren en el chino, pero no olvidéis que el idioma más importante y fundamental es el español». A nadie allí se le ocurre pensar que puedan desatender el inglés, la lengua del país. Como la mayoría de los catalanes, espero que mis hijos y mis nietos, con las horas de estudio necesarias y no gracias a unos tebeos antiguos, dominen el catalán y el castellano. También el inglés. Ellos pueden.