Gente corriente

Eva Bermúdez: "Un simple trabajo escolar dio un vuelco a su historia"

Estudiante. Hizo un trabajo de fin de bachillerato sobre su vecino de 85 años y despejó algunas sombras de su niñez.

Eva Bermúdez

Eva Bermúdez

NÚRIA NAVARRO

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Este podría ser un cuento de Navidad. Eva Bermúdez (18 años) es vecina de Josep Elfa (85), al que quiere como a su abuelo. Él siempre le había contado historias sobre su infancia en los orfanatos. Así que ella decidió dedicar su trabajo de investigación de final de bachillerato a explicar cómo marcaron su vida. Lo que sucedió después no lo había previsto ninguno de los dos. Eva acabó llevándose un premio CIRIT y Josep descubrió que no era huérfano.

-¿Cómo se titula su trabajo?

SEnDHistòria de vida de Josep Elfa.

-Josep Elfa es su vecino de Lliçà de Vall de toda la vida.

-Sí. A Josep le conozco desde que tengo recuerdos y nuestra relación ha sido como de abuelo y nieta. Él me había contado historias sobre su infancia, que transcurrió en varios orfanatos desde que tenía pocos meses hasta los 14 años.

-Hagamos un pequeño repaso de esa historia.

-Al nacer, le llevaron a Protección de Menores de Barcelona, la Prote, situada entonces en Wad-Ras. A causa de una infección ocular lo trasladaron una temporada a Bon Repòs, en las afueras de Barcelona, para devolverlo luego a Wad-Ras, donde le sorprendió la guerra civil.

-Tenía 11 años.

-Sí. A causa de los bombardeos, le ofrecieron la posibilidad de ir a Can Montcau de Tagamanent, pero pasaba hambre y se escapó. Al acabar la guerra estuvo en el castillo de Palau de Plegamans, donde empezó a trabajar como payés, que acabaría siendo su oficio.

-A usted le pareció interesante como objeto de estudio.

-Pensé en dedicar el trabajo de investigación a cómo los orfanatos habían marcado su vida. En algunos lo pasó mal.

-¿Cómo de mal?

-Por ejemplo, en Bon Repòs los hacían dormir atados para que no se tocaran e hicieran cosas impuras. ¡Tenía 6 o 7 años! Josep también me contó que se clavó un clavo oxidado y aguantó el dolor por miedo a que le encerraran en el siniestro cuarto de las patatas. O que lo llevaron en pijama a un patio de grava a las cuatro de la madrugada, en pleno invierno.

-¿Se limitó a recoger su testimonio oral?

-Triangulé la información. Hablé con él y con sus allegados y, con la ayuda de una de sus dos hijas, solicité el acceso a documentación en distintas instituciones para contrastar los datos. Entre ellas, pedí información al Arxiu Nacional de Catalunya.

-¿Obtuvo respuestas?

-Sí. Pero una de esas respuestas llegó demasiado tarde.

-Cuente.

-El pasado 11 de enero entregué mi trabajo en la Escola Pia de Granollers y el 15 de marzo Josep recibió una carta del departamento de Acció Social i Ciutadania en la que se le informaba de que podía pasar a ver su expediente. Justo antes de la selectividad, fuimos a verlo.

-¿Qué decía el expediente?

-Nos entregaron un sobre con un documento antiguo, de cuando Josep tenía 7 años. En esos papeles se describían las visitas periódicas que había recibido de su madre, cuya existencia desconocía. En aquel documento constaba que incluso se lo había llevado con ella durante un tiempo.

-¿Él no recordaba esas visitas?

-No. Y nos impactó que figurara el nombre de la madre y el lugar en el que vivía, e incluso que se diera a entender que ejercía la prostitución.

-¿Qué sintió el señor Elfa?

-Nada más salir de allí dijo: «Eso no puede ser».

-¿...?

-El hecho de leer el documento trastornó de tal manera a Josep que ni su esposa ni sus hijas ni yo misma hemos querido volver a hablar de ello. Supongo que es una reacción normal. Vives una vida entera atado a una idea y, de repente, por un simple trabajo escolar, toda tu historia da un vuelco.

-El descubrimiento ya no entró en su trabajo, claro.

-No. Pero mi tutora me sugirió que lo presentara al premio CIRIT [Consell Interdepartamental de Recerca i Innovació Tecnològica]. Así que lo completé con un prefacio que explica este último hallazgo, lo presenté y me lo han premiado. Josep está contento por mí.

-¿Su vecino ha tenido una vida dichosa?

-Sí. Tiene familia y dos nietas postizas (mi hermana y yo). Tiene una casa confortable y ha hecho muchas cosas en la vida. Trabajó en una masía en Parets, hizo de transportista...

-Intuyo que a usted le gustaría seguir tirando del hilo de la historia, ¿eh?

-Si a Josep le hiciera gracia -que no le hace-, me gustaría saber por qué borró aquellas visitas de su recuerdo... ¡Con la memoria que tiene! Y querría saber qué le pasó a su madre, por qué lo iba a visitar, por qué se lo llevó y lo volvió a dejar...