LECTORES

Cartas de los lectors (II)

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El sistema de pensiones

Iluminados

José Riera Bail

Barcelona

Hace unas semanas el Gobierno tuvo la brillante idea de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años. La siguiente idea luminosa, también del Gobierno, fue la de ampliar el tiempo de cálculo de las pensiones de 15 a 25 años. Hace unos días, otro iluminado, esta vez la CEOE, nos propuso un «contrato de inserción» para jóvenes que no incluiría indemnización por despido. Supongo que el nombre exacto de este contrato, y que no se atrevieron a decir, era: contrato de inserción en la indigencia.

Por último, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, nos recordó que es interesante tener un plan de pensiones porque con la pensión de jubilación actual no tendremos para nada. ¿Por qué siempre que hay problemas los acabamos pagando los trabajadores? ¿Por qué los iluminados de turno no buscan soluciones en otro lado para variar? No es tan difícil: deben hacerse propuestas donde los jóvenes tengan expectativas de futuro en el mundo laboral y los que se jubilen puedan contar con pensiones dignas

Hace muchos años que los trabajadores somos las víctimas. Sería interesante que se buscasen a otros para que se apretaran el cinturón.

El fracaso blanco en europa

‘Villarato’ merengue

Josep B. Montava

Barcelona

La campaña de desprestigio de la caverna mediática madridista contra el Barça se fue al garete el miércoles pasado con el ridículo del Bernabéu. Esto demuestra que si el Real Madrid ha atrapado al Barça en la clasificación de la Liga, es por todo lo contrario de lo que dice la prensa amarilla merengue. Si hay un equipo que recibe ayudas arbitrales, este es el Madrid, y el equipo perjudicado por algunos árbitros y asistentes simpatizantes del club blanco, es el Barça.

De todas maneras, seguro que no se rendirán, ya que solo les queda la Liga, y la presión para que la gane el Real Madrid será brutal. Las injustas expulsiones contra el Almería son solo el principio. Haría bien Pep Guardiola en entrenar al equipo a jugar solo con 10 jugadores. La persecución será terrible.

La ley de consultas populares

Ambiciosa renuncia

Jordi Moreso Rodolfo

Barcelona

Renuncia teñida de ambición. Este podría ser el titular sobre la ley de consultas populares que aprobó el pasado miércoles el Govern tripartito. ERC, necesitada de hacerse perdonar siete años de renuncias a nivel nacional –el último ejemplo, la financiación–, intenta hacer creer que esta ley es un gran paso. Un gran paso hacia Madrid debe de ser, porque esta ley solo regula las consultas vía referendos, y eso quiere decir que cualquier consulta que se quiera hacer deberá tener la autorización del Estado. Cualquiera. No ya una consulta soberanista, sino también una para preguntar sobre las infraestructuras, sobre la energía nuclear y las veguerías.

¿Por qué no se han regulado en la ley que las consultas no necesiten la autorización de Madrid, tal y como permite el Estatut (artículo 122), y tal y como proponía CiU? ¿Por qué ERC se apunta a las consultas soberanistas, pero renuncia a regularlas en el Parlament? Porque el PSC-PSOE no lo ha permitido. Estamos donde estábamos hace siete años. La ambición nacional de este Govern la marca, única y exclusivamente, el partido socialista. Y todos sabemos muy bien que su horizonte nacional catalán tiende a cero.

El pacto de CiU

Bernat Villaronga Gríful

Pineda de Mar

El Parlament de Catalunya aprobó el 10 de marzo la ley de consultas populares recogiendo el articulado del Estatut pactado entre CiU y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Madrid. Afirmar que la ley de consultas «es una renuncia disfrazada de ambición» como hace la parlamentaria convergente Dolors Batalla, es, al menos, la reflexión que debería haber hecho CiU en el momento en que aceptó un Estatut a la baja para Catalunya.

Programas de televisión

El sentido del humor

J. V. Muntadas

Sant Adrià de Besòs

Siempre he creído que el sentido del humor y reírse de uno mismo forman parte de una terapia mental recomendable. Pero he de manifestar que ya hace semanas, al finalizar el programa de TV-3Polònia, siento un estado anímico agridulce, dominando por un regusto que, según he deducido, se podría calificar de insatisfacción.

Me pregunto si vale la pena disfrutar del valor terapéutico del humor corrosivo del programa para llegar a un estado de ánimo que, de ninguna manera, me satisface. Hago examen de conciencia y encuentro la causa en un hecho determinante: mi escala de valores está desfasada. No acabo de procesar adecuadamente la parodia satírica referida a las más altas personalidades institucionales del país. Cargos políticos a los que, hace 20 años, los medios de comunicación y los ciudadanos solo dedicaban ironías y sarcasmos, nunca burlas explícitas.

La libertad de expresión de los guionistas dePolòniaes la misma que me permite decir que dejo de ver el programa para pasar a ver las noticias que me ofrece internet.