EDITORIAL

EDITORIAL: 'El drama del desencanto'

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El dato nuevo y más relevante del Barómetro de otoño de EL PERIÓDICO es el fuerte aumento del desencanto. La insatisfacción política ocupa ya el tercer lugar de las preocupaciones de los catalanes, bastante por delante de la inmigración y la inseguridad ciudadana. El paro y la crisis están muy por encima, pero en estos casos se apunta una estabilización, o incluso una mejora, respecto de marzo pasado. Por el contrario, la insatisfacción política ha subido nueve puntos y alcanza ya al 25% de los ciudadanos de Catalunya.

Y, cuando se profundiza, el fenómeno adquiere mayor relieve. El desencanto político aumentó 2,6 puntos entre noviembre del 2008 y marzo del 2009. Ahora, con la explosión delcaso Millety las primeras noticias de la detención de Prenafeta, Alavedra y el alcalde socialista de Santa Coloma, Bartomeu Muñoz, ha subido nueve puntos. Y el voto en blanco es ya el cuartopartidode Catalunya en intención directa (la que los encuestados declaran espontáneamente), por delante de ICV y PP.

Otro dato es que ahora, en contra de lo que sucedía en marzo, son más los catalanes que juzgan como mala la gestión del tripartito (30,3%) que los que la creen buena (21,8%). Y lo mismo pasa con la oposición de CiU, aunque con menos fuerza (29,7 contra 24,4%). En la previsión electoral se acentúa la ventaja de CiU y bajan las posibilidades (que no desaparecen del todo) de que el tripartito repita mayoría. Durante meses ha parecido que el resultado electoral de Catalunya se jugaba a cara o cruz: el tripartito tenía tanta opción de repetir mayoría como CiU de impedirla. Ahora, CiU se afianza. Los tres partidos del tripartito pierden juntos un 5,4% de votos respecto de las elecciones del 2006 (ERC, el que más). El PP también tiende a la baja (un 1,2%), y CiU es el único partido que gana cuota en relación con el 2006, un 3,7%.

Es evidente que CiU sube porque es el único que capitaliza el descontento originado tanto por las incoherencias del tripartito como por la crisis, ya que el Partido Popular no puede capitalizar nada por sus actitudes ante el Estatut (aunque los populares tienen siempre voto oculto). Pero Artur Mas no puede lanzar las campanas al vuelo. En su cara a cara con José Montilla, gana por poco a un presidente poco carismático. Y, contrariamente a su gobierno, Montilla sigue siendo considerado un buen presidente (47,6% contra 43,3%), aunque es verdad que el margen de nueve puntos de marzo se reduce a la mitad.