La entrevista CON Scott Atran, Antropólogo norteamericano

Scott Atran: "A los terroristas les mueve el deseo de gloria"

Este experto en terrorismo islamista, que ha asesorado, entre otros, a la Casa Blanca, ha participado en las jornadas de Cosmocaixa sobre el cerebro social.

NÚRIA NAVARRO

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--Un centenar de muertos en Bombay. ¿Qué tipo de individuo hay detrás del terrorista islamista?

--Usted, yo, cualquiera puede llegar a ser un terrorista.

--Permita que lo dude.

--Son gente corriente. Salvo casos extremos, como Zarqaui, el líder de Al Qaeda en Irak, o tal vez El Chino, no tienen aspectos psicológicos relevantes. La gente prefiere imaginar que son anormales, pero no lo son.

--Están dispuestos a matar y a morir.

--En líneas generales se trata de un grupo de jóvenes que quieren dar un sentido a su vida, protagonizar una acción heroica. Y abrazan una causa, que puede ser la defensa del medio ambiente, el vegetarianismo o la independencia de Catalunya. Se reúnen en una peluquería...

--¿Peluquería dice?

--Sí. Mohamed Atta y los otros terroristas del 11-S se reunían en una peluquería cercana a la mezquita que frecuentaban. Y los de Lavapiés también se reunían en la peluquería Chipre de Tetuán.

--O sea, que el imán no es un agente provocador.

--En general, no. En Europa incluso suelen echar a los imanes exaltados. Además, más del 90% de los que están en la yihad no tienen ninguna educación religiosa.

--¿Tampoco vienen los cazatalentos de Al Qaeda a echarles el lazo?

--¡Al Qaeda no busca a nadie! ¡Es la gente la que busca a Al Qaeda! En total hay entre 20 o 30 campamentos de unas 40 personas cada uno. De todas las solicitudes de ingreso, Al Qaeda acepta entre el 15% y el 20%, como toda buena universidad. Los del atentado de Londres, por ejemplo, hicieron una barbacoa para recoger dinero para viajar en busca de Al Qaeda.

--Sigamos con el perfil.

--Los jóvenes que se reúnen en la peluquería empiezan a rezar juntos, a jugar al fútbol juntos, a ir de picnic y a dormir juntos. Tejen su sueño heroico en ese universo paralelo.

--Pero de ahí a ajustarse el cinturón de bombas...

--Lo de morir no es difícil de imaginar. Durante la guerra civil española hubo muchos americanos que se enrolaron en la Brigada Lincoln. Les impulsaba el deseo de gloria. Todas las sociedades admiran a quien se sacrifica por algo más grande que su vida, ya sea por Dios, la patria, una idea. A los terroristas islamistas también les mueve el deseo de gloria.

--Una gloria que no saborearán.

--Paseaba yo con un alto cargo de Jemaah Islamiya a unos 10 kilómetros de Poso, un lugar perdido entre Borneo y Nueva Guinea, donde está la mayor concentración de yihadistas del mundo. Vimos una hermosa boda, vibrante, llena de encanto. Le dije: "Qué belleza, ¿no cree?" Y él me contestó: "Si tuviera un cinturón de bombas, me volaba ahora mismo".

--¿Usted lo entiende?

--No. Por eso soy antropólogo. Tampoco entiendo a los que buscan soluciones. En la Casa Blanca oí sandeces del tipo: "Hay que promover a los imanes moderados". ¡En ninguna cultura los jóvenes machos se sienten atraídos por los moderados!

--¿Entonces?

--Esos jóvenes no escuchan a los imanes, sino a alguien que regresa de Afganistán, que para ellos, que están aburridos y ven en Al Jazeera que hay matanzas en Irak, les resulta un superhéroe.

--Disculpe. Ha empleado el término de "jóvenes machos"...

--En las sociedades conocidas, el 85% de las matanzas son realizadas por hombres jóvenes. Los machos prefieren matar en grupos de más de tres. Y la violencia del grupo a menudo no tiene objetivo concreto.

--También hay mujeres kamikazes.

--La mujer mata a un objetivo preciso, por una agresión a su familia.

--Lo pinta todo muy estructurado, pero son imprevisibles.

--Solo un 7% de los 1.200 millones de musulmanes apoya la yihad. De esos 90 millones, hay 2.400 arrestados en Europa; 3.000, en Arabia, y 66, en EEUU. Es una cantidad ínfima. Y los mejores predicadores, según un estudio, son los amigos, los del equipo de fútbol, los colegas del cámping.

--Total, los analistas yerran.

--Los analistas del terrorismo miran a los tipos implicados en un ataque, y eso no es lo importante. No hay organización. No hay células. Llegan, entran, salen. ¿La solución? Se necesita un trabajo de abajo arriba. Hay que darles héroes, sueños que realizar. En EEUU, en el momento en que se producía la gran oleada de inmigración y el éxodo del campo a la ciudad, para canalizar la energía de los machos jóvenes fomentaron los boy scouts, por ejemplo.

--¿Bombay demuestra que el fundamentalismo va a más?

--¡No tiene futuro! Occidente inventó la idea de nación con el fin de reunir a desconocidos para producir juntos, y funcionó. Pero el terrorismo islamista no representa nada. El oxígeno de la yihad es la publicidad.