La entrevista con Gogo Bela MacQuillan, Armonizadora energética

Gogo Bela MacQuillan: "Cuando estás alegre, tu aura se expande"

Esta londinense afincada en Barcelona asegura que todos tenemos un aura y que su tamaño depende de nuestra salud y carácter.

GASPAR HERNÀNDEZ

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--¿Usted puede ver mi aura?

--Sí. Yo y mucha gente.

--Ya no hay intimidad.

--Hay gente que, sin ser demasiado consciente, ve el reborde luminoso de personas, animales y plantas. O sea, el aura. Otra cosa es saber descodificar la información que contiene esa luz. Para eso hace falta mucho estudio y trabajo previo.

--¿Y sería tan amable de decirme cómo tengo el aura?

--Estupendamente. Grande y expandida. Se notan buenas vibraciones.

--Pues qué bien. Será porque estoy contento.

--Cuando estás alegre, tu aura se expande. Y no solo si estás contento o feliz, sino si tienes una actitud de apertura hacia la vida. Las personas tímidas o introvertidas tienen el aura más contraída, al igual que las personas enfermas o desvitalizadas.

--¿Qué tienen en común las personas con un aura potente?

--Su absoluta confianza en sí mismas. Son personas muy enfocadas que tienen un gran magnetismo.

--Entran en una sala y se nota su energía.

--Sí. Atraen a los demás. Tienen claro quiénes son, cuáles son sus objetivos en la vida, y no suelen tener ninguna duda de que los van a conseguir. Y, sobre todo, no tienen miedo.

--¿Qué opinión le merece el miedo?

--El miedo es lo peor. Cuando tienes miedo, literalmente estás dando tu energía a los demás. Y a aquello a lo que tienes miedo. Te estásdesvitalizando, y acabarás con estados psíquicos alterados y enfermedades.

--Pero la autoconfianza a veces es sinónimo de autoengaño.

--Si es así, se nota. La gente que se cree estupenda y no lo es no irradia esta energía de la cual estamos hablando. Los otros huyen de ellos. Además, no estoy hablando de seguridad en la propia personalidad, sino en algo que va más allá.

--¿...?

--Se trata de tener seguridad en una fuerza mayor que nos catapulta.

--¿El famoso sex appeal

--Es una forma de magnetismo de las personas enfocadas en el segundo chacra, el sexual. Aunque, ¡ojo!, a veces solo están enfocados en eso.

--¿Puede tocar el aura?

--Sí. Con las manos percibo la textura del campo electromagnético de la persona. Como si tocase un tejido. Detecto si hay más o menos densidad, si es poroso o si hay fisuras. A veces hay vacíos o bloqueos.

--¿Y qué hace con esa información?

--Hace años que practico la armonización energética para mejorar la salud emocional y física. El aura son biocampos o cuerpos magnéticos que no solo rodean el cuerpo, sino que lo interpenetran y lo nutren. Son los cuerpos sutiles, que pueden llegar a tener una forma y ritmo armónicos.

--¿Cuántos cuerpos sutiles hay?

--Los principales son el cuerpo etérico, el cuerpo emocional o cuerpo astral y el cuerpo mental. Cualquier desequilibrio a nivel corporal está en estos cuerpos sutiles y se precipita hacia el cuerpo físico. En los cuerpos sutiles están nuestros patrones, nuestra manera de pensar y nuestras emociones.

--¿Y el cerebro?

--El cerebro es como una estación de radio. Recibe ondas, las descodifica y viceversa. Pero el cerebro no es el que siente.

--¿Y curando el aura curamos el cuerpo físico?

--Exacto.

--¿Cómo lo hace?

--La persona se tumba en una camilla, vestida de blanco, y yo hago movimientos con las manos. Veo los colores de sus cuerpos sutiles. Dependiendo de cómo se encuentre y de su actitud, veo unos colores u otros. Y a partir de aquí muevo la luz por ciertos circuitos y chacras.

--¿Como el reiki?

--No exactamente. Tanto los terapeutas de reiki como nosotros trabajamos con la luz. Todos somos canales de esa luz, canales, como si dijéramos, huecos. Pero a diferencia del reiki, yo no toco a la persona. El reiki es maravilloso y efectivo, pero mi trabajo es más sofisticado.

--¿Se trata de tener un don?

--No, en absoluto. Es una habilidad. No es nada esotérico. Ya hay tecnología que puede fotografiar o filmar el aura con fines terapéuticos.

--¿Y para qué más?

--Para conectar con nosotros mismos. Cada vez hay una necesidad mayor, absoluta, de eso. Un sentimiento profundo de ser exactamente quien quieres ser, de estar haciendo exactamente lo que quieres hacer y de estar exactamente donde quieres estar. Solo cuando lo sientes, lo reconoces, porque te notas conectado al cosmos. Algunos lo llaman estar conectado con la fuerza del alma. Te sientes pletórico, lleno de energía. Y mi trabajo ayuda a ello.