DOS MIRADAS

00155

Dicen que el gordo de Navidad suele premiar a todos aquellos a quienes el azar ha girado la cara

Sorteo de la Lotería de Navidad.

Sorteo de la Lotería de Navidad. / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Es sabido que los aficionados a las loterías son personas maniáticas. O siempre juegan al mismo número o se las arreglan para acercarse a la suerte a través de algún conjuro más o menos esotérico.

Está muy extendida la costumbre de apostar (y en el caso de la Lotería de Navidad, aún más) a números que rememoren una circunstancia vivida durante el año. Si es posible, una desgracia. O ir a comprar décimos a poblaciones atacadas por los incendios o las inundaciones o por otras catástrofes naturales o civiles. Por ejemplo, el 17817. Dicen que el gordo suele premiar a todos aquellos a quienes el azar ha girado la cara. 

Y también dicen –es otra superstición– que no se deben comprar números pequeños, porque no suelen tocar, como si estas pobres cifras no estuvieran en el bombo, que no hace distinciones de tamaños.

Agotado

Juntando los factores nos encontramos con la sorpresa (o tal vez no lo sea tanto) de que un número pequeño, pero de dimensiones colosales, ya se ha agotado en las administraciones de Doña Manolita (tan famosa), de La Bruixa d’Or (aún más famosa, estos días), del Pescador, en Las Palmas, y de la oficina 44 de A Coruña. En Internet tampoco quedan.

¿Adivinan de qué número se trata? ¡Premio! Del 155. Concretamente, del 00155. Si estaban pensando en jugar (al estilo "a por ellos" o como símbolo de repulsa o como suvenir histórico), lo siento pero ya no están a tiempo. Como mucho, se aproximarán, por aquello de octubre, con el 10155.