CLUB PARA MELÓMANOS

Oda al 'vintage' en el Marula Café

En el corazón del Gòtic se reivindica el sonido afrocubano y el vinilo con sesiones en los que el baile está asegurado

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zentauroepp40116926 wamba buluba170927192426 / JOAN PUIG

Xavi Sánchez Pons

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Situado en el corazón del barrio Gòtic, a tiro de piedra de la plaza Reial, el Marula Café lleva casi una década reivindicando la cultura de baile vintage. Enamorado de los sonidos afroamericanos y de los discos de vinilo, el local ubicado en la calle de Escudellers es parada obligada para melómanos de pro con muchas ganas de romper suela.

Al habla Antonio Requena, uno de los socios, DJ y programador del Marula Café. Madrileño afincado en Barcelona desde hace una buena temporada, Requena rememora la creación de la sede barcelonesa de este bastión negroide. «En Madrid nos contempla una historia de 15 años -explica-, pero hace 8, una noche que estábamos de fiesta en Barcelona y en el lugar donde ahora se encuentra el Marula, decidimos abrir otro aquí».

Tras esa epifanía, tocó ponerse manos a la obra con el libro de estilo, algo que tuvieron claro desde el minuto uno. «Nos dedicamos casi exclusivamente a los sonidos de raíces afroamericanas y al baile. Vamos, esa es la filosofía de club; sobre todo, en las sesiones. En la programación de conciertos sí que podemos salirnos un poco de esa línea», afirma.

¿Y cuándo os animáis a hacer excepciones? «Queremos que tanto los clubs como los conciertos tengan la misma identidad. No nos gusta alquilar la sala a grupos o propuestas que no nos sean afines. Dicho esto, hay estilos fuera de ella que nos gustan y ahí es donde probamos cosas nuevas. Un ejemplo es la música balcánica: tenemos a la Barcelona Gipsy Balkan Orchestra tocando en la sala una vez al mes. ¡Y con un éxito de público alucinante!».

LOS VINILOS SON LOS REYES

Una de las particularidades más destacadas del Marula, que toma su nombre de la fruta africana que comen los elefantes para colocarse [sic], es el hecho de que la mayoría de sus DJ's residentes utilizan el vinilo, reivindicando así lo analógico frente a lo digital. «En realidad es algo que casi favorecemos», explica el empresario de ocio nocturno. «Piensa que de los cuatro socios que dirigimos el Marula, tres somos DJ's.

Y, claro, estamos enamorados de este formato. Pinchar con vinilos aporta otra dinámica a la sesión: te obliga a preparar mejor la pinchada, a seleccionar de forma especial los discos que traes en la maleta....». Eso sí, de vez en cuanto también suenan hits, puesto que la presencia de gente joven en la pista es generosa. «Por la música que ponemos nuestro target tendría que ser casi exclusivamente de 30 años para arriba. Pero también tenemos un porcentaje de público por debajo de esa edad. Y eso es bueno; significa que hay relevo». «Y resulta divertido cuando al ver los discos de siete pulgadas en la cabina, nos preguntan: '¿Eso qué es?'. ¡Hay veinteañeros que nunca los han visto!», añade.

LOS JUEVES, ¡A WAMBA BULUBA!

Dentro de la oferta que ofrece la sala de Escudellers vale la pena mencionar dos clubs especiales: las D.O.P Open Sessions (cada miércoles con jams improvisadas) y el A Wamba Buluba (cada jueves y dedicado al rock and roll underground). También hay que marcar en rojo en el calendario una fecha: el día que el Marula Café de Barcelona celebra su octavo aniversario.

«Será el 21 de octubre -apunta Requena-, y con un clásico del soul y el funk: Joseph Amp Fiddler, teclista de Parliament y Funkadelic. Es un sueño hecho realidad para nosotros contar con su presencia».

Por cierto, ¿cómo definirías el Marula con una frase? «El Marula es donde se baila».