El hombre que susurraba a las persianas

Lobizon es el misterioso artista que está detrás de las persianas más psicodélicas de las tiendas del Raval

Lobizon es el misterioso artista que está detrás de las persianas más psicodélicas de las tiendas del Raval

Lobizon es el misterioso artista que está detrás de las persianas más psicodélicas de las tiendas del Raval / ELISENDA PONS

Òscar Broc

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Cuando los comercios del Raval bajan la persiana, los personajes de Lobizon toman las calles. Los hay tan célebres que se han convertido en iconos 'kitsch' para los habitantes del barrio. Algunos, incluso, son pasto de Instagram para turistas y 'hipsters'.

La huella de este enigmático artista se aprecia en incontables tiendas del barrio. Basta con dar un paseo nocturno por el Raval para comprobar que en todos los rincones hay una persiana pintada por él. Le ha dado un giro especial a las persianas de autor apostando por un estilo libre, psicodélico y sobrado de ternura; un nuevo concepto de arte urbano que el Raval enseguida ha reconocido como suyo y muchos comercios han requerido.

"EL BARRIO ENTERO ME AYUDA"

Lobizon es argentino, emigró a España hace 20 años y, aunque parezca mentira, no vive en el Raval, sino en Sant Vicenç dels Horts. Fue el Raval quien lo eligió a él y le convirtió en uno de sus personajes más emblemáticos. Así funcionan las cosas en el chino. "El barrio entero me conoce. Me ayuda, colabora conmigo. Quizás es por el hecho de hablar con la gente, no lo sé. Lo que está claro es que al Raval le gustan mis dibujos".

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Se mantiene en el anonimato. "Lobizon Arte es mucha gente, no solo yo", se justifica. Como si el espíritu del Raval le poseyera cada vez que le encargan una persiana. En estos lienzos callejeros, Lobizon encontró una salida después de perder su trabajo hace cuatro años, a una edad complicada y con tres hijas en casa. Salvado por la persiana. Ahora sus dibujos son parte integrante de la decoración del barrio, de hecho están siempre impolutos: los grafiteros del Raval le respetan.

POR AMOR AL ARTE

"Hago esto por amor al arte. Me dejo llevar por sentimientos. No cobro. Los propietarios del comercio me pagan las pinturas", asegura Lobizon. En su catálogo artístico hay más de 100 persianas de tiendas en Barcelona, la mayoría de ellas en el Raval, un barrio al que le une un vínculo que trasciende el mero romanticismo.

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Porque bajo el arte de Lobizon subyace una causa: hacer realidad el Casal Juvenil Latino del Raval. Sus dibujos sueñan con un futuro en el que la sede del casal, en la calle de Lleó 10, se construye definitivamente para acoger actividades destinadas a los críos desvalidos del barrio.

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"Mi ilusión sería ayudar a los niños del Raval con mi arte. Sería una salida para ellos. Esperemos tener el local en un futuro y darles una ilusión. Hay niños que no pueden aprender dibujo o guitarra por falta de medios, y el casal ayudaría mucho en ese aspecto", comenta mi interlocutor parapetado tras una mesa del restaurante Xaica, su lugar favorito del Raval, otro templo decorado también con sus dibujos.

UN YODA DESCACHARRANTE

Lobizon y su arte son Raval en estado puro. Y algunos de sus personajes, leyendas del barrio. El Super Mario con seis brazos de la ferretería Beca-Medri, en la calle Ramelleres. La hilarante composición de 'Star Wars' de la tienda de informática Electronic 74 de la calle Tallers (con un Yoda descacharrante). La lavadora antropomórfica de Clean & Wash, en la calle Carme… Definitivamente, si Lobizon no existiera, el Raval se lo habría inventado.

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