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Rosemarie Castoro, mujer, pionera e ignorada

La artista fue precursora del minimalismo pero la historia la ha olvidado. El Macba repara el agravio con una amplia exposición

Rosemarie Castoro, mujer, pionera e ignorada, en el Macba

Rosemarie Castoro, mujer, pionera e ignorada, en el Macba

Natàlia Farré

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"Fue una artista increíblemente ambiciosa y consumada pero que ha sido totalmente ignorada". Más: "Jugó un papel fundamental en el movimiento minimalista. Mucho más importante de lo que se pensaba". Y formó parte del círculo de la vanguardia neoyorquina de los 60 y 70, al lado de Sol LeWitt, Donald Judd, Robert Morris y Carl Andre. Entonces, ¿por qué tanto olvido y ostracismo? No hay duda en la respuesta: "Por ser mujer". Lo afirma Tanya Barson, conservadora jefa del Macba.

Su condición femenina le selló puertas en muchas galerías, y otras se las cerró ella misma al no querer participar en colectivas de mujeres: "Soy ante todo artista y no quiero ser segregada en un sistema de cuotas", dejó escrito en su diario.

Pero la injusticia no se acabó aquí. Pese a su indiscutible calidad, su proyección social siempre estuvo vinculada a la figura de su marido, Carl Andre, uno de los grandes del movimiento. Ahora el Macba recupera su obra y su memoria de la mano de Barson en la que es la primera gran exposición en el mundo que se le dedica. Era Rosemarie Castoro (Nueva York, 1939-2015).

Hubo cierto rechazo contemporáneo y algo de ostracismo posterior, pero con todo Castoro gozó de reconocimientos puntuales. Así, participó en una de las primeras exposiciones dedicadas al minimalismo ('Distillation', 1966) y fue una de las ocho artistas que respondieron, en 1971, al reconocido ensayo de Linda Nochlin 'Why have there been no great women artists' (¿Por qué no ha habido grandes artistas mujeres?). "Pero de ser hombre, hubiera expuesto mucho más". Palabra de Barson.

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La conservadora, y comisaria de la exposición, ha reunido 230 trabajos de la artista que cubren de 1964 a 1979. Los 15 años de su producción que van del minimalismo al posminimalismo pasando por el conceptualismo y todos los movimientos que encontró por el camino: 'op art', 'land art', 'body art'...

Para entender tanto cambio es básico conocer dos características de Castoro. La primera: "Conocía un nuevo lenguaje, lo absorbía y luego lo abandonaba para seguir avanzando". La segunda: "Aunque su estilo cambiara radicalmente, sus obsesiones e ideas (el cuerpo, el movimiento y el espacio) estaban siempre presentes".

Hay más nexos en su producción, como la mezcla de técnicas: en sus piezas, dibujo, escultura y arquitectura se confunden. No en vano, se autodenominaba "pintoraescultora". Un término tan radical como algunas de sus piezas. Ahí está 'Seattle cracking', su intento metafórico de cortar un edificio mucho antes de que Gordon Matta-Clark y Doris Salcedo se pusieran a ello. 

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