Magos que aparecen en impresoras 3D

Que no se enteren los tronistas de 'Mujeres y hombres y viceversa'. Barcelona es esta semana la ciudad donde más posibilidades hay de que te echen algún polvo mágico. Y que esté justificado que después alguien desaparezca.

Si Harry Potter pasara ahora mismo por el Teatre Victòria, se iría corriendo a recargar su varita. Hay una concentración de magos propia de Hogwarts. «Total», asiente con una chistera humeante en las manos Jorge Blass -el Copperfield español, lo llaman-. «Barcelona se está convirtiendo en la capital del mundo de la magia», promete sin susurrar ninguna palabra mágica. En el Teatre Victòria está hasta el 7 de mayo el Mag Fest Barcelona: el primer festival internacional de magia de la ciudad. En el Tívoli, hasta el 30 de abril, toma cartas en cualquier asunto «el maestro», que es como define cualquier mago a Juan Tamariz.

Por el Mag Fest se pasearán -alguno levitará- siete magos. «Es una muestra de los mejores magos del mundo haciendo sus mejores ilusiones», resume Blass, que es el director del festival. Habrá momentos a lo peli 'Ahora me ves', con todos los magos en el escenario a la vez. ¿También harán llover dinero? «Puede que sí», se ríe el ilusionista madrileño.

DRONES EN VEZ DE ESCOBAS

Advertencia para aquellos que tengan como última referencia mágica la cajita de Magia Borrás: los magos de ahora aparecen de la nada en impresoras 3D. Aquí en vez de escobas voladoras hay drones.

Mago número 1: Voronin (Ucrania). Parece recién salido de una película de Drácula en blanco y negro. Piel vampírica y pajarita con forma de murciélago, aunque él no tiene problemas con los ajos, dice. En cuanto puede, se te lanza a abrazarte. ¿Pero qué es eso que le vibra ahí abajo? Sí, hace magia cómica con aire circense. Arranca risas desde el minuto cero que sale a escena. Cuidado: sabe levitar.

Maga 2: Tina Lenert (USA). Lleva 30 años dando la vuelta al mundo con este «número legendario», lo resumen. Vendría a ser una Cenicienta con fregona encantada. «Es pantomima y magia», resume ella en perfecto español (nació en Venezuela). En sus ratos libres, toca el arpa mágica. Su marido es el mago número 3: Mike Caveney (USA). Es un clásico de la magia cómica y también historiador del ilusionismo. «Me hago el café de una manera inusual», explica con sonrisa de medio lado. Lo hace con la taza por los aires.   

Mago número 4: Charlie Mag (Barcelona). Ganó el último Campeonato Europeo de Magia. En cuanto te descuidas, hace aparecer una paloma. En su número salen, desaparecen  y cambian de color lo menos nueve, calcula él. Es un número clásico con estética futurista. «Es como si juntaras a un mago clásico con Michael Jackson», lo describe Jorge Blass.

El director del festival -llegamos al mago número 5- hará sobre todo magia tecnológica. Es a él al que imprimen en 3D y quien echará mano de un ayudante volador «del siglo XXI»: un dron.

Hay más magia de impacto. El siguiente prestidigitador juega con el tiempo: Hun Lee (Corea) es capaz de rebobinar y hacer 'fast forward' en el mundo real. Deja la boca abierta. El número que queda es el de Sos & Victoria (Alemania). Dos magos en uno. Tienen récord Guinness. Ella se cambia de ropa más rápido que Julia Roberts en 'Pretty woman'. Delirante. Y todo esto sin necesidad de soltar un solo abracadabra. Blass se encoge de hombros: «No lo usamos mucho, la verdad». 

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Y MÁS MÁGIA POTAGIA 

le llaman «el Dios de los magos». «Será por la belleza omnipresente», suele replicar él. Juan Tamariz –ya va por los 74 años- ha aparcado su violín en el Tívoli. Te hará restregarte los ojos aunque le hayas visto mil veces. En 'Magia potagia y más' están los mejores números de su carrera. Magia interactiva, cartas, más cartas, risas, telepatía y, sobre todo, chantatachán. Hasta el 30 de abril.