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El amor liquidó al racismo

Los Loving no eran activistas, ni querían ser héroes. Solo estar juntos. Pero para lograrlo tuvieron que tumbar las leyes antimestizaje de EEUU. Un 'biopic' recrea su historia

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Nando Salvà

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Mildred Richard Loving nunca quisieron ser famosos. No pretendían cambiar la historia ni enfrentarse al racismo. Solo aspiraban a formar una familia juntos, y a hacerlo en su casa, con los suyos, durante el resto de sus vidas. No eran radicales, solo dos personas enamoradas: él, un hombre blanco taciturno, a quien uno de sus abogados definiría como «un paleto»; ella, una cándida joven de ancestros negros e indios americanos. El apellido conyugal es una afortunada coincidencia; su historia no tendría tanto impacto si en lugar de llamarse Loving —en castellano 'amando', gerundio del verbo 'amar'— se hubieran llamado Smith.

Los Loving dieron nombre a la decisión judicial histórica que la Corte Suprema de Estados Unidos tomó en 1967, y que declaró ilegales las leyes que prohibían el matrimonio interracial en 16 estados del país y que constituían uno de los últimos vestigios de la segregación racial institucionalizada. Suena cursi, pero es así: su amor los convirtió en héroes y, por tanto, en el tipo de gente que inspiran películas. Hoy se estrena 'Loving', el 'biopic' que recrea su historia. Dirigido por Jeff Nichols y protagonizada por Joel Edgerton y Ruth Negga —ambos actores fueron candidatos al Globo de Oro, y no sería extraña su nominación al Oscar—, el filme evita discursos climáticos y otras manipulaciones dramáticas a las que tantos dramas judiciales recurren. Prefiere mostrar cómo su pareja central se enfrenta a la injusticia de la única forma que sabe: siendo gente decente.

Caroline County, Virginia, no era en 1958 el mejor lugar en el que enamorarse de alguien con un color de piel distinto. Pese a ello, Mildred se quedó embarazada, y Richard le pidió matrimonio. Tras casarse en Washington DC en junio de ese mismo año, simplemente volvieron a casa. No habían pasado ni dos semanas cuando el 'sheriff' del condado irrumpió con sus hombres en la habitación de la pareja en plena noche. «¿Qué haces en la cama con esa mujer?», le preguntó a Richard. Él le señaló el certificado de matrimonio que colgaba de la pared del cuarto. «Eso aquí no vale», contestó el policía. Mildred y Richard fueron a la cárcel.

CULPABLES DE MESTIZAJE

Los Loving fueron declarados culpables de violar la ley antimestizaje, delito que acarreaba una pena de hasta cinco años de prisión. El juez, no obstante, les permitió evitar la reclusión si a cambio prometían abandonar el estado de Virginia y no volver a entrar juntos en él durante 25 años. Como resultado, la pareja se resignó a mudarse a Washington y criar a sus tres hijos en el exilio, a 120 kilómetros de su casa y de su tranquila vida rural.

Era solo cuestión de tiempo que la situación, los continuos viajes clandestinos a casa para ver a sus familias, se volviera insoportable para ellos. En 1963 Mildred escribió al Fiscal General del país, Robert Kennedy, pidiéndole ayuda. Kennedy la remitió a la Unión Americana de Libertades Civiles, que les asignó dos jóvenes abogados. Las primeras batallas judiciales fueron fracasos. «Dios creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja y las ubicó en continentes separados», escribió el juez en una de esas sentencias desfavorables. «Que lo hiciera demuestra que no tenía la intención de que las razas se mezclaran».

UNA HISTORIA QUE SE REPITE

Finalmente, después de cuatro años de lucha, en junio de 1967 la Corte dio la razón a los Loving y declaró inconstitucionales las leyes antimestizaje. Los Loving no viajaron a Washington a escuchar el fallo; prefirieron quedarse en casa. Días antes, cuando el abogado le había preguntado a Richard si quería que les dijera a los jueces algo en su nombre, él contestó simplemente: «Dile al tribunal que quiero a mi mujer». 

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Muchas cosas han cambiado en Estados Unidos desde entonces, pero muchas otras no. En Alabama, por ejemplo, las leyes antimestizaje siguieron aplicándose hasta el 2000. Y en Louisiana, hace solo tres años un juez de paz se negó a casar a una mujer blanca con un hombre negro aduciendo que el matrimonio no duraría y eso perjudicaría a los hijos. Y hace solo unos meses el actor negro <strong>Mike Colter</strong>, protagonista de la teleserie de Marvel '<strong>Luke Cage</strong>', recibió insultos a través de las redes sociales por estar casado con una mujer blanca. 

Así están las cosas en la América de Donald Trump, un hombre que llegó al poder apoyado en buena medida por racistas y que se rodea de colaboradores que también lo son, además de homófobos que se oponen a los matrimonios del mismo sexo. Puede que la historia que 'Loving' cuenta transcurra medio siglo atrás, pero la realidad de la que habla es material de telediario.

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